Maltrato bajo amor de madre

Rosa Riber Yerbes
15/06/2024
 Actualizado a 15/06/2024

De nuevo aquí estamos, casi 5 años después de publicar ‘En la muerte de mi hijo Pablo, ¿quién defiende a los hombres de la violencia de género?’ y un año y pico después de publicar ‘Abuelos Invisibles’, en ‘La Nueva Crónica’. 59 meses ya sin ver a nuestra niña, nuestra adorada nieta que iba a cumplir 5 añitos cuando falleció su papá, nuestro querido hijo, y su «madre» la hizo desaparecer de nuestras vidas...

¿Qué podemos hacer? ¿Alguien podría decirnos qué hacer? Algo que nos permita que nos devuelvan a nuestra niña v que no sea seguir religiosamente y como Dios manda los requisitos de la justicia al dedillo, cumpliendo en cada momento con lo que se nos manda, porque todo esto, que es lo que llevamos haciendo desde el principio de nuestra demanda no nos ha dado aún resultado positivo. Hemos sufrido mucho cada vez que a «la madre» de nuestra niña se le antoja inventarse una excusa para no venir, y otras muchas veces, sabiendo que estaba en Valladolid, a escasos 5 minutos de nuestra casa, y para colmo del descaro y la provocación coincidiendo con los días que nos corresponde tener a la niña negándose igualmente a que podamos verla. Durante este último año 2023 ha estado aquí en varias ocasiones pero siempre pisoteando el derecho de la niña a vernos y el nuestro a poder disfrutarla. Tanto la niña como nosotros sometidos a su tiranía, a su prepotencia, a ese desprecio que caracteriza a esta persona que se cree superior a todo y a todos.

Una preciosidad de niña, nuestra nieta, a la que adorábamos y seguimos adorando y echando de menos cada día más. Una niña feliz que nos quería tanto como nosotros a ella, una niña que con su corta edad no puede defenderse ni dejarse ver. Una niña cruelmente sometida a la voluntad de su «madre», una niña que vive apartada del mundo, allí en Bruselas, lejos de su familia paterna, y de todo lo que formaba parte de su vida hasta el día en que nos dejó su papá.

Ha sido privada de todo absolutamente. Sus seres queridos, su colegio, sus amigos, su casa, sus cosas, su duelo… y lo peor de todo, privada de sus derechos más esenciales, robándole su infancia, y sufriendo una manipulación «a pico y pala», una manipulación pura y dura, donde «su madre» nos presenta ante la niña como «seres malos que le hacemos daño» por decirlo suavemente. Así va sembrando en ella ese sentimiento de rechazo hacia nosotros que unido a los 5 años que lleva sin vernos, crean el tándem perfecto para que la niña pueda llegar a sentir rechazo y animadversión, y de esta manera y llegado el momento en que sea obligada cumplir la sentencia, sea la niña la que se niegue a vernos y ya nadie la pueda obligar a hacerlo.

Las consecuencias que todo esto causaran o más bien, ya están causando a nuestra amada pequeña serán considerables emocional y psicológicamente v la única causante de todo esto es su «madre».

Entrecomillo esta palabra, porque una madre que se precie, jamás causaría un daño tal a su propia hija, a no ser por la verdadera causa que la lleva a actuar así: su psicopatía.

Y quién mueve un dedo por nuestra niña tras casi 5 años privada de todos nosotros sin más, llevada a vivir a otro país y sometida a un secuestro forzoso. ¿Quién? ¿La justicia?

¿Esta justicia con la que llevamos casi 5 años ya? Esta justicia que nos pasa la manita por el hombro, dándonos siempre la razón, concediéndonos un régimen de visitas mientras no pone los medios para que esa sentencia se cumpla.

Permitiendo que sigamos sin ver a nuestra nieta, a pesar de todo lo conseguido en los juzgados. ¡Una de cal y otra de arena! 

«Sí, ahí tenéis un régimen de visitas, pero nosotros no podemos hacer nada», mientras «su madre» se lo salta a la torera desde el primer día. ¿Qué sinsentido es éste, qué tipo de cachondeo es éste? Es que aparte de «su madre», la justicia también se burla de nosotros con su pasividad y su inacción ante situaciones como la nuestra. Ni tan siquiera una multa se le ha impuesto hasta ahora. Qué vergüenza de leyes, de jueces, de fiscales. ¡Qué gran decepción es la justicia!

Y tras casi 5 años seguimos luchando por lo que es justo, que es únicamente que a nuestra pequeña se le devuelva el derecho tener a su familia paterna en su vida y que se materialice la sentencia.
¿No sería lo que corresponde cuando alguien tiene una sentencia judicial, civil o penal que debe cumplir? Pues en nuestro caso, la «madre» de nuestra nieta, se niega a cumplir con dicha sentencia y aquí no pasa nada.

Nosotros no vamos a tirar la toalla jamás hasta conseguir justicia para nuestra niña, nuestra constancia y sobre todo nuestro amor hacia ella, nos ayuda a mantenernos fuertes y firmes hasta conseguir lo que, en este caso, su «madre» le lleva robando desde el día que se nos fue su papá. Ahora y tras casi 5 años demás familia, el pasado mes de septiembre, la Audiencia nos dio la razón al recurso que interpusimos un año antes en el juzgado penal, por «desobediencia a la autoridad judicial», el cual fue sobreseído y no admitido a trámite. Así que ahora 5 meses después del auto dictado por la audiencia, tras un año de espera, aún seguimos esperando a ese nuevo juicio penal donde ese ser deleznable, esta vez en calidad de imputada, sea condenada y cumpla con la sentencia. Mientras tanto, pasan los días, los meses y los años y sin ver ni saber nada de nuestra pequeña y adorada nieta. ¿Quién nos va a devolver el tiempo perdido? No creo que nadie pueda hacerlo, pero lo que si se es que vamos a llegar hasta el final a pesar de todos los obstáculos que hemos padecido y aún nos tocará padecer.

Gracias a este periódico que ha sido el único que ha publicado nuestros escritos, que nos ha dado visibilidad, sin requisito alguno para ello, cosa que con otros medios ha sido imposible, pues ya se sabe los intereses que existen por parte de quienes los dirigen, y su hipocresía. Así que seguiré escribiendo, mientras exista un medio como este periódico que me lo permita y publique sin censurar ni una sola coma.

Seguro que esta no será la última vez que podáis leer mis escritos, porque mucho me temo que la lentitud y la ineficacia de la justicia para dar soluciones a un caso como el nuestro seguirá.

Contra toda esta pesadilla, seguiremos hasta conseguir los derechos que una jueza ha concedido a nuestra niña y a nosotros, y que «su madre» sigue robándonos, sin recibir hasta el momento castigo alguno. Una persona que se cree por encima de bien y de mal, una persona que hace lo que sea necesario para conseguir sus objetivos, pisoteando los derechos, la dignidad y la libertad de todo el que se cruce en su vida, fría y sin remordimiento alguno, sin empatía ni respeto hacia nadie, ¡una psicópata de manual!

¿Cuánto más tendremos que esperar para que la justicia obligue a este monstruo a cumplir con la sentencia?

Y sobre todo, cuánto tiempo más seguirá nuestra nieta a merced de un ser, que intenta borrar toda su vida anterior, en definitiva, borrarle sus recuerdos y su identidad, hasta sus sentimientos de amor hacia nosotros, que eran muy grandes, utilizando mentiras sobre hechos que realmente no han existido nunca.

¿Qué calificativo deberíamos dar a un ser que hace todo esto a una niña vulnerable, que además es su hija? ¿Monstruo os parece adecuado?

 

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