Ni una mala foto ni una buena obra (La galería itinerante de la Diputación de León)

Jorge Díez Fernández
24/09/2024
 Actualizado a 24/09/2024

En el vasto museo de promesas incumplidas que es la política provincial de León, hay una exposición que destaca por su persistencia y creatividad: la galería fotográfica de nuestro incansable diputado de Infraestructuras. Con una coherencia digna de elogio, este artista del postureo político ha logrado elevar la foto de grupo a la categoría de obra de arte conceptual, !!!!eres un ICONO, Roberto!!!!!

El formato es siempre el mismo, tan predecible como las promesas electorales y tan regular como los baches en nuestras carreteras. En el centro, cual sol en un sistema planetario de esperanzas frustradas, posa nuestro diputado provincial. Orbitando a su alrededor, una constelación de alcaldes y concejales afines políticamente, todos con sonrisas tan amplias como los socavones que supuestamente van a arreglar.

Hace unos meses, tuvimos el privilegio de presenciar la primera obra de esta serie en la carretera que une Santovenia con varios pueblos del municipio de Chozas. El cuadro era perfecto: políticos en fila posando sobre el asfalto agrietado. El pie de foto invisible rezaba: «Proyecto de obra inminente». ‘Spoiler alert’: la obra sigue siendo tan inminente hoy como lo era entonces.

Pero nuestro artista no se conforma con repetir su éxito. Oh, no. En su última performance, nos ha regalado una variación sobre el tema. Misma composición, similares y sonrientes protagonistas, pero esta vez con un subtítulo diferente: «Visita para conocer necesidades». Uno se pregunta si entre tanta visita y tanto conocimiento, quedaría tiempo para, no sé, ¿quizás realizar alguna obra?

Es fascinante cómo estas fotografías logran capturar tantas cosas a la vez: la esperanza en los ojos de los vecinos, la determinación en la pose del diputado, y la total ausencia de maquinaria de construcción en el fondo. Es como si nuestros políticos hubieran descubierto que es más fácil arreglar el Photoshop que las carreteras.

Mientras tanto, los vecinos, esperanzados, se encuentran meses después que las obras no empiezan, pero además cuando piden información sobre esos proyectos solo se encuentran con una maraña de responsabilidades cruzadas para que nadie tenga responsabilidad. Analizamos cada nueva adición a la galería con ojo clínico. ¿Es esta foto en la que prometen asfaltar mejor que aquella en la que prometían un puente? ¿Cuántas visitas para «conocer necesidades» se necesitan antes de que alguien se dé cuenta de que la necesidad es, precisamente, menos visitas y más acción?

Lo más irónico de todo este asunto es que, en su afán por mostrar que están «haciendo algo», nuestros queridos representantes solo logran evidenciar lo mucho que no están haciendo. Cada nueva fotografía no es más que un recordatorio de todas las obras no iniciadas, de todos los proyectos estancados, de todas las promesas que se quedaron en el revelado.

Quizás deberíamos ser más comprensivos. Al fin y al cabo, gestionar debe ser una tarea titánica. Imaginen la agenda diaria: desayuno, sesión de fotos en una carretera abandonada, almuerzo, otra sesión de fotos en un puente que necesita reparación, merienda, y para terminar el día, una última foto junto a un cartel que anuncia una obra que nunca comienza. No es de extrañar que no quede tiempo para, ya saben, gobernar.

En el fondo, tal vez sea esto lo que nuestro diputado y sus acólitos están intentando decirnos con su galería ambulante. Quizás sea una forma sutil de crítica social, un comentario mordaz sobre la naturaleza efímera del poder y la futilidad de las promesas políticas. O quizás, y solo quizás, simplemente no tengan ni idea de cómo hacer su trabajo y hayan decidido que, a falta de pan, buenas son tortas... o en este caso, fotografías.

Los más optimistas aún guardan la esperanza de que, en algún momento, entre foto y foto, alguien se acuerde de que las carreteras no se arreglan con flases. En cualquier caso, una cosa es clara: Han demostrado que se puede ser consistente en la inconsistencia, constante en la inconstancia, y que, efectivamente, ni una mala foto hace una buena obra, ni cien buenas fotos tapan una obra que nunca se hizo.

La próxima vez que vean a un grupo de políticos posando en medio de una carretera llena de baches, no se preocupen. No es que se les haya averiado el coche. Es solo algún político y sus amigos, añadiendo una obra más a su interminable exposición de «Promesas Pintadas en Asfalto Imaginario».

Y quién sabe, tal vez algún día, entre tanto postureo y tanto flash, a alguien se le ocurra la idea revolucionaria de, no sé, ¿realmente arreglar algo? Pero no contengamos la respiración. Después de todo, ¿para qué arreglar carreteras cuando se pueden seguir haciendo fotos tan bonitas en las que ya tenemos?

Jorge Díez Fernández es concejal del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Santovenia de la Valdoncina 

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