Los nombres de nuestras calles

Juan Carlos Ponga Mayo
28/06/2024
 Actualizado a 28/06/2024
Calle Pilotos Regueral. | MAURICIO PEÑA
Calle Pilotos Regueral. | MAURICIO PEÑA

Por boca del señor alcalde nos hemos enterado que la calle dedicada al general Lafuente, se va a cambiar. Según la ley debería haber desaparecido hace años, al tiempo que otras muchas, Se va a denominar dicha calle de la Policía Nacional. Hace unos meses la calle del capitán Cortés se ha dedicado a la Guardia Civil. No tengo nada contra ninguno de estos cuerpos que cumplen con sus cometidos y a los que debemos nuestro agradecimiento por su labor. Pero, lo mismo que a ellos, podemos dedicar calles a otros colectivos que, sin ser cuerpos policiales ni cofradías, hacen una labor social importante. ¿Por qué se retrasa tanto el cumplimiento de la ley? Sobre la mesa del Sr. alcalde hay listas de mujeres dignas de tener una calle, ahí están los dos libros dedicados por Fulgencio Fernández a ensalzar mujeres: leonesas y pioneras…

Esta ciudad, como muchas poblaciones, denomina una parte de sus calles según lo que comunican o lo que en ellas existe; así tenemos calles y plazas con las siguientes denominaciones: del Pozo, de los Descalzos, de la Sal, de Santo Domingo, del Hospicio… Siguiendo este esquema el nombre de la calle General Lafuente debería de ser calle del Palacio, con el subtítulo de Enrique II Trastamara, dado que esa calle está abierta sobre los restos del palacio levantado por el citado rey y el nombre dejaría testimonio de este hecho ya que no queda nada del mismo, salvo escasos restos en los museos de León y Madrid. (En el olvido y el desprecio de nuestro pasado somos los mejores).

Sin dejar de exigir que se cumpla todo lo anterior, a lo que hoy quiero referirme es al disparate que existe en las placas de las calles. En los últimos años se han diseñado más de cinco placas distintas (ruego que se paren en el cruce de las calles Pozo, Cardiles y Platerías, con tres placas diferentes), se ha planteado que los nombres de las calles se pongan en castellano y en leonés, pero nadie ha dicho nada sobre cómo deben de ponerse los nombres de las personas o entidades a las que se dedican las calles, no hay un criterio sobre este asunto; nos hemos dedicado al continente y nunca al contenido. 

Quiero señalar que cuando leemos los nombres de las calles nos encontramos que en unas se omite el nombre de la persona y solo aparecen los apellidos, en otras se omite uno de los apellidos; en unas se señala la profesión y en otras no; cuando hay varias personas con el mismo nombre no se especifica a cuál de ellas, y en muchas el 99  % de los ciudadanos no saben a quien está dedicada la calle.        

A modo de ejemplo señalaremos que en las calles Juan Madrazo, Manuel de Cárdenas, Demetrio de los Río o Maestro Ribero no se especifica su profesión de arquitecto, sin embargo, está la calle Arquitecto Torbado, en la que se omite el nombre y no se sabe a quien está dedicada si a Juan Crisóstomo Torbado Flórez o a su hijo Juan Torbado Franco. Otro ejemplo están las calles de López Castrillón (Juan) y Fernández Cadórniga, (Gabriel) sin nombre y la calle Ramiro (Fernández) Balbuena en la que omite el primer apellido. Está la calle de la Monja Etheria y no se sabe en qué años vivió; y la calle de Carmen ¿a qué Carmen está dedicada? Tenemos un montón de calle dedicadas a reyes medievales inútiles como Ordoño IV el Malo y ninguna a Enrique II Trastramara que levantó un hermoso palacio en la ciudad, por desgracia desaparecido, como ya apunté.

Con todo esto lo que quiero reivindicar es que exista un criterio que unifique y de coherencia a algo tan simple como los nombres de nuestras calles.

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