Los pacientes con dolor crónico también tenemos algo que decir...

Belén Arén
04/06/2024
 Actualizado a 04/06/2024

Ahora que se celebró en León XX Congreso Nacional de la Sociedad Española del Dolor y que reunió en el Palacio de Exposiciones de León a más de 800 profesionales, queremos por un lado felicitar a la Dra. Alicia Alonso por hacer que nuestra ciudad fuese sede de un evento tan importante, por otro lado, seguir insistiendo en que no se entiende una buena gestión del dolor si pacientes y profesionales de la salud no trabajan en equipo.

El 23% de la población de Castilla y León sufre dolor crónico, una patología que cuenta con una media de edad de 50 años y que afecta a más mujeres que hombres. En el caso de todo el país, cerca de ocho millones de personas, es decir, el 26 por ciento de la población refiere tener dolor durante más de tres meses.

Desde la Asociación Activos y Felices queremos manifestar nuestras necesidades como personas que tenemos que vivir con dolor cada día y pedir encarecidamente que se implementen los cambios necesarios para que no se tarde más de seis meses, para poder tener una nueva cita en la Unidad de Dolor. 

Por ello proponemos:
- Empoderar a los profesionales de la salud en el tratamiento del dolor complejo y recalcar la importancia del trabajo interdisciplinar.
- Empoderar a los pacientes en el afrontamiento activo del dolor, lo cual es fundamental para la sostenibilidad del sistema sanitario público.
- Es más necesario que nunca trabajar el dolor crónico «especializado» desde el área de Atención Primaria.
- Dejar que los pacientes nos impliquemos activamente en el tratamiento, trabajando fundamentalmente con estrategias educativas y actividades basadas en el movimiento y el ejercicio.
- Incluir de forma coordinada y habitual la atención a la salud mental de los pacientes.
- Somos una ciudad envejecida necesitamos programas prevención de caídas o afrontamiento de personas frágiles.
- Tampoco queremos olvidar a los niños y jóvenes que tienen que vivir con dolor, necesitamos programas específicos para este perfil de población.

Humanizar el abordaje del dolor crónico, clave para no estigmatizar al paciente

Hemos de volver al centro de lo que entendemos ha de ser el objetivo de las áreas de Dolor Crónico tratar a la persona y dedicar a este objetivo el tiempo y los recursos sanitarios necesarios.
Los profesionales del dolor tienen que adecuarse a las características de personalidad y edad de cada paciente, cómo es la calidad de la información y las explicaciones que dan en las distintas fases del tratamiento. De esta forma, podrán ver lo que hace falta para que el paciente sea capaz de tomar sus propias decisiones y se involucre en la mejora de su salud. Humanizar todo el proceso es dar a la persona el valor que tiene y adecuar el sistema sanitario a ello.

El dolor crónico se produce por una situación que persiste y permanece. No es solo una enfermedad física, sino que tiene grandes implicaciones personales, familiares, laborales, económicas y sociales. Tiene una implicación bio-psico-social y no se trata con un tratamiento aislado, sino que precisa de una integración coordinada entre el personal sanitario que participa, el paciente, su familia o su entorno personal, ya que ese dolor genera otros problemas de tipo personal, familiar, laboral, económico, social o incluso espiritual.

A nivel económico las personas que padecen dolor crónico, además de los años de peregrinaje por diferentes especialistas hasta llegar a la Unidad de Dolor se ven obligadas a aceptar una incapacidad permanente, como consecuencia ver muy mermados sus ingresos económicos, periodos muy largos de bajas y en la mayoría de los cosos definitivas hasta la jubilación, hay que destacar que esta prestación no cotiza a la Seguridad Social  por lo que el dolor crónico no solo es una condena en vida, también se convierte en una antesala a la pobreza en la Tercera Edad para muchos de estos pacientes.

Esta humanización del dolor crónico es posible cuando la estrategia parte y está sostenida desde las instituciones sanitarias, cuando los profesionales se coordinan y cuando nos preparamos y formamos en esos aspectos de comprensión y comunicación que se necesitan en equipo. Para que esto suceda necesitamos que los pacientes dejemos de ser un número de historia clínica y se cuente con nosotros.

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