¿Y qué pasa con lo de Torneros? Es la pregunta que más veces he contestado. Como si yo tuviera todos los datos, como si yo supiera todas las complejidades que encierra eso que abstractamente mis vecinos, mis amigos y la gente que conozco ha dado en llamar así, lo de Torneros.
En multitud de ocasiones me imagino dando respuestas idealizadas que me permitieran parecer optimista. Decir, por ejemplo, que existe una mesa de diálogo entre el SEPES y los ayuntamientos implicados para informar regularmente de cómo va el desarrollo del proyecto, que hay una apuesta decidida por poner suelo a la venta a un precio igual de competitivo que en Villadangos, que la Junta ha dejado, por fin, el argumento de «eso es cosa del Gobierno de España» o que simplemente hay ya un Consejero, Señoría, Directora General o Ministro que quiere, fuera del juego electoral, poner en marcha esa ansiada promesa que tanto ilusiona a la provincia de León, al municipio que dirijo y a los pueblos de Torneros del Bernesga y Grulleros.
Hace ahora dos años que me invitaron a acompañar a todas las primeras espadas de la política leonesa a la mojiganga de la presentación, a bombo y platillo, del proyecto de urbanización de Torneros en el marco incomparable de San Marcos. Doy por sabidas todas las palabras que declamaron ante los medios nacionales y locales los protagonistas cuyo fin único era hacernos ver que ahora sí, que Torneros salía del cajón del olvido, que ya estaban los muchos millones presupuestados en no sé qué partida de no sé qué ministerio, que las ingenierías, las maquinarias de gran tonelaje ya estarían trabajando en muy poco tiempo y que las empresas empezarían a construir naves, almacenes e infraestructuras apenas firmase un informe el responsable segundo de los servicios técnicos competentes del ayudante asociado de no sé qué consejería. Me lo creí todo y salí de allí cantando al aire lo que había visto y oído sin saber que ese iba a ser mi personaje. Se impresiona fácilmente a un alcalde de pueblo con los artificios de la política profesional...
Paso cada día por los terrenos en adil que hoy tenían que ser la Plataforma logística e intermodal de Torneros-Grulleros y siento en mis carnes la vergüenza que deberían sentir quienes hicieron falsas promesas, quienes dijeron que estarían construyendo las primeras empresas aquí este mismo año. Sea solo porque este proyecto ilusiona, da vida y futuro a la provincia y a nuestro municipio y que no ejecutarlo con prontitud supone la ruina y la desaparición de nuestros pueblos en muy poco tiempo, por mucho que se quiera maquillar la triste realidad con parches de medias tintas, con fotos de perfil y balones fuera.
Algo tenemos que hacer, algo se tiene que mover en contra de quienes deciden por nosotros que Torneros no se ejecuta. La Junta tiene que ponerse codo a codo para remar a favor. A la pregunta es mejor responder con acciones que con omisiones. El Presidente de la Diputación no puede contestar poniendo ojos saltones, levantamiento de hombros y pucheros con un «es lo que hay». No, no vamos a conformarnos.