El último día que llega el pan a Los Oteros

Óscar Fernández Luengos
20/09/2024
 Actualizado a 20/09/2024

Por fin ha llegado la ilusión a casa de la señora Tomasa y el señor Carlos, quizás con algo más de ilusión lo ha tomado María, y nos preguntaremos todos... ¿Por qué? Pues bien, ellos están viendo que esta semana hay unas cuantas reuniones sobre la lucha contra la despoblación ( en todas las administraciones y esperan que con un poco de imaginación sepan los problemas reales que tienen Carlos y Tomasa (ambos de 86 años) así como María que vive sola con sus 79 años de edad en un pequeño pueblo del sur de León, ellos esperan que les «ayuden» de una manera eficaz con su problema del día a día y que no les hagan salirse de su pueblo, pueblo que llevan toda la vida trabajando de sol a sol en el campo, casa, cuadras y demás trabajos, pero ellos siempre lucharon por vivir y seguir en su pueblo. Poco a poco están viendo que la gente no puede seguir disfrutando de la tranquilidad de su hogar, no tenemos médico, no tenemos tendero e incluso cuando llega el invierno no tenemos ni misa, no tenemos ningún servicio para seguir aquí, «nos tendremos que ir», comentan tranquilamente entre los tres sin culpar a nadie, porque lo que si tienen es honestidad y sobre todo son buena gente.

Pero ahora, mientras en la solana del pueblo dan una parlada los tres ven que seguramente con tanta reunión, algo les ayudarán y podrán seguir disfrutando de algo que nadie tenemos el derecho a quitarles, pero claro como dice Tomasa en su tertulia: 
- ¿No vendrán otra vez y nos harán en el pueblo de al lado una pista de pádel que siempre esta vacía? ¿O quizás una parque biosaludable? Que casi cuando me senté se me rompió la prótesis y desde aquel día nadie mas se sentó en él.

A lo que comenta Carlos:
- No creo, probablemente creen una pista de atletismo con canchas homologadas. También es verdad que seguramente se decidan a poner fibra por todo el pueblo, lo que pasa es que no tenemos cobertura y con mi teléfono (como dice mi nieto) de tapa no se ni lo que es la wifi, tendremos que seguir subiendo a la torre para poder llamar.

Y María, ella que siempre fue la más bailona, les comenta que no sean agüeros, lo único que les pediría que para las fiestas podían traer algún día a ‘Los cumbias’ para que por lo menos la gente pudiera darse un baile y sería razonablemente más económico.

Y porque todo esto, pues bien, porque es tan sencillo que no hace falta el hacer 20.000 reuniones ni experimentos sociales para ayudar a estos pueblos, hoy María, Carlos y Tomasa se han despertado con que mañana va a ser el último día que van a tener panadero en el pueblo, unos 10 pueblos de la zona sur de León, Los Oteros, van a dejar de recibir diariamente pan, evidentemente entiendo al panadero/autónomo que no va a poder realizar este servicio porque no es rentable y es totalmente entendible y hay que ser agradecido que haya estado durante este tiempo haciéndolo y aquí mi tributo. Pero alguien de todas estas reuniones no ve que a estas tres humildes personas que hay en todos los pueblos tienen el mismo derecho que los demás a comer el pan del día? Nadie les puede ayudar, ninguna administración ve el daño que está haciendo a toda una vida de esta gente y que les esta largando del pueblo, mientras ellos no hacen más que reuniones estratosferas en hoteles con todo tipo de detalles. Nos quitan los médicos, nos quitan el bus, ahora nos quitan el pan, nos quitan … NOS QUITAN LA VIDA. ¿Nadie en estas reuniones tiene el placer de ayudar a ese panadero/tendero/frutero (incluso diría psicólogo) para que siga visitando a Tomasa, Carlos y María? No sé de quién es competencia pero a estas tres personas les da lo mismo, ellos han pagado impuestos y nadie les preguntó donde querían destinar esos impuestos. Por ello, sólo espero que por ayudar a estas tres bellas personas alguien mañana levante el teléfono (sabemos que no va a ser de tapa) y diga a ese autónomo/panadero, que necesitas para poder seguir ayudando a esta gente. Seguramente sea mucho más fácil y agradecido que esas mega reuniones que la mayoría de veces no son más que fumatas sin sentidos.

Óscar Fernández Luengos es presidente de la Junta Vecinal de Fuentes de los Oteros.

 

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