Cuando he preguntado en el campus a compañeros por su opinión sobre la implantación de medicina en León, todavía no he encontrado a nadie que diga estar de acuerdo. Suelen bajar la voz y manifestar que no lo consideran oportuno.
Yo estoy entre esos. Quizás seamos legión.
Es fácil la homología entre esto de implantar medicina en León (y en Burgos) con los aeropuertos que hay hoy en día en desuso en España. Me produce incomodidad el que en un futuro (pongamos unos 10 años), se diga algo parecido a «se podía haber evitado».
Es sencillo el argumento económico: mejor que muchos aeropuertos, uno muy bueno y muy bien comunicado. También el argumento económico al plantear que quizás si se incrementa el número de admitidos en las facultades de medina ya existentes, se ahorre el dinero de organizar en todos los sentidos, nuevas facultades de medicina.
Dicen que hacen falta médicos, ¿cuándo?, ¿hoy, dentro de 6 años o dentro de 12 años o de 20?
Debería recabarse la opinión de la comunidad universitaria, para que, con el resultado del mismo, se apoye o no, la implantación de medicina. De otra manera: quizás fuese interesante dar voz a la universidad, y que no dependa tal asunto de los políticos, porque quizás el anhelo de perpetuarse en cargos o hacer acopio de votos, les perturbe.
Y hay que añadir las ilusiones. La ilusión de que haya medicina en León, la ilusión de que haya nuevas plazas para profesorado en nuestra universidad, la ilusión de ganar prestigio porque se imparta medicina, la ilusión de investigar en medicina y conseguir patentes y un nombre en el mundo de la ciencia… Ilusiones quizás intangibles y quizás faltas de realidad. Tiene un algo de provinciano el pensar que un estudiante de medicina, paseando por las aceras de la ciudad muestre un halo que le diferencie de un estudiante de economía.
Invito a hablar en voz alta. Invito a tomar baños de realidad y a no dejarse llevar por decisiones que más parecen fruto de contentar a muchos, que fruto de una reflexión rigurosa. Me permito corregirme..., que más parecen fruto de contentar a muchos, que fruto de una reflexión universitaria.
Rafael Álvarez Nogal es profesor de la Universidad de León