15/03/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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Me personé ante el peluquero y le pedí que me convirtiera en hipster, pero él me respondió que no podía pretender ir por ahí de moderno con semejante tiesto.Desolado, me puse a buscar otra tribu urbana en la que refugiarme ante la incipiente soledad que me rodea, y me sorprendió la definición que hallé de ‘emo’: «Jóvenes con una visión negativa o dramática de la vida que suelen mostrarse al mundo como pesimistas y víctimas de una sociedad creada pensando más en el capital y en los intereses privados que se olvida de las personas y sus verdaderas necesidades». Supe entonces de dónde venían los nombres de los nuevos partidos políticos, una clara evolución de los emos: Podemos, Ganemos, Prevariquemos... Y, sobre todo, no callemos. Turremos. Esperaba, por tanto, que para convertirme en emo fuera suficientefundar un partido político conjugando la primera persona del plural y dejarme coleta, pero resulta que hay que escuchar una música atronadora y tener un flequillo que te tape los ojos. Otra vez por culpa del pelo, en este caso por culpa de las entradas (también incipientes) me vi alejado de la modernidad. Busco tribu urbana con la misma poca fortuna que los nuevos partidos leoneses buscan un nombre con gancho. Ellos, al parecer, no quieren ahora ser emos, y huyen de la primera persona del plural dando evidentes muestras de su falta de imaginación, que si lo es así para elegir nombre más vale no pensar en lo que puede ser para el contenido de su programa electoral. Ganemos ha pasado de ser ‘León toma la palabra’, que como nombre para partido político es muy bueno sólo si es el de tu adversario, a ser ‘León en común’, un alarde de ingenio y a buen seguro que un gran imán para los votos... del resto de partidos. Podemos, que resulta incómodo como verbo y como partido porque, queramos o no, no podemos dejar de hablar de ellos, ha mutado aquí en ‘León despierta’, que parece que llamar al rugido de aquel de la Metro Goldwyn Meyer y tiene cierto aire al ‘León con garra’ que la Diputación convirtió en eslogan: el que los equipos leonesesde fútbol y baloncesto lucían en sus equipaciones mientras iban descendiendo de categoría. Con estos alardes de imaginación, es bastante probable que algún partido termine recurriendo a los célebres ‘León, truchas y porrón’ o ‘León, la bella desconocida’ que ilustraban las pegatinas de los coches en los ochenta. Pero en política, que se ha convertido en el arte supremo del ‘y tú más’, se consuelan pensando que el Partido Popular resulta cada vez menos popular y que el PSOE, como cantó Krahe, ni es socialista ni es obrero.Tal y como están las cosas, tal y como vienen las encuestas, les aporto una idea para nombre de partido que les servirá además como declaración de intenciones: Pactemos.
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