Todos hacemos cábalas para cuando pase la pandemia. Algunos sociólogos y filósofos piensan que el mundo será otro. ¿Pero qué otro? Ahí se ofrecen infinidad de opiniones, de deseos, de tentativas, de quimeras. Hay quien prevé que iremos a un modo de vivir más pacífico y ecológico, más sabio y espiritual. Es una bella idea, que nos iría muy bien a todos, pero no sabemos si será compatible con el desarrollo económico sobre el que gravita el devenir del planeta. Muy probablemente no. Otros augures son mucho más pesimistas, y aventuran mayor desconfianza, mayor violencia, mayor insolidaridad. Pero debemos de pensar que no será así.
En ese mundo nuevo, en el que los leoneses tenemos nuestra microscópica presencia, son más que decisivas las posibilidades que abre el teletrabajo, siempre y cuando mejoren sensiblemente las comunicaciones vía internet. Con ese apoyo decisivo, se podrán crear pequeñas empresas en las zonas menos pobladas de la provincia. Y no parece demasiado quimérico pensar que tras la pandemia, muchos jóvenes urbanos tratarán de buscar su futuro, laboral y existencial, justo en los pueblos que en su día dejaron atrás sus antepasados. Cuando salieron a buscar una vida mejor en las grandes ciudades, en la inmigración o en los complejos industriales. Diversas tentativas ya funcionan en algunas zonas rurales de la provincia. Fábricas de cerveza artesanal, proyectos hosteleros, turísticos, culturales… Iniciativas todas ellas que, obviamente, necesitan del apoyo de los poderes públicos. Y que hasta ahora no habían tenido la conveniente publicidad. Tal vez porque no existía una demanda importante para esas actividades. Y no hablo solo del turismo, sino de venir a vivir al ámbito rural que ofrece más futuro: la red de villas y pueblos grandes que tiene la provincia, lo que favorece especialmente el teletrabajo.
Es probable que la enorme catástrofe que está suponiendo la pandemia vaya generando un nuevo estado de ánimo y también, después, una sociedad diferente. Sí, es un sueño pensar en algo así para ahora mismo, pero cada vez se están perfilando más ideas que podrían empezar a erradicar el vacío y el abandono de muchos escenarios rurales leoneses. Imaginación y arrojo no nos faltan. Esas virtudes que, de momento, ya han embellecido nuestros pueblos, en los últimos tiempos. Ahora somos una provincia más atractiva. Y, también, más compatible con esa nueva sociedad post-coronavirus que empieza a vislumbrarse.
Un sueño posible
10/05/2020
Actualizado a
10/05/2020
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