Secundino Llorente

El uso del teléfono en las aulas

10/10/2024
 Actualizado a 10/10/2024
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Acaba de empezar el curso y ya vuelve a sonar la sirena de los teléfonos móviles. Vivimos en un momento y en una sociedad en la que estos celulares son imprescindibles para todos. Nuestros alumnos tampoco son capaces de vivir sin ellos. La pregunta sigue siendo si pueden ser utilizados en el centro escolar. En España no acabamos de conseguir una normativa común. Es un tema que siempre estará en el candelero mientras no nos pongamos de acuerdo. Pero tenemos claro que en la España que vivimos es imposible un pacto de Estado al que atenerse. Otros países de nuestro entorno han movido ficha y han prohibido el uso de teléfonos móviles en las escuelas, incluso en los recreos. Francia, Italia o Alemania han implementado, ya sea a nivel legislativo o sólo a través de una decisión ministerial, la prohibición sobre el uso de móviles en las escuelas y lo hacen, principalmente, para dar una respuesta a los problemas generados por el mal uso. En mi opinión el uso del móvil ‘en sí’ no es ni bueno ni malo, todo depende de la utilidad que se le dé. Es evidente que, si aceptamos el uso de los móviles en el colegio, tenemos que blindarnos contra conflictos de ciberacoso o problemas de privacidad. He aprendido en mi experiencia docente que la imaginación de los alumnos es sorprendente, prodigiosa y hasta cruel. Estos días ha salido un sondeo a los ciudadanos para saber qué opinan y su respuesta es casi unánime: «Es más negativo que positivo». El informe ‘Monitor de Educación de Ipsos 2024’, recientemente publicado y realizado en 30 países, incluida España, revela que un 73  % de españoles está de acuerdo en que los menores de 14 años no deberían tener acceso a las redes sociales, ni dentro ni fuera de la escuela. Asegura que todas las generaciones están de acuerdo en esta prohibición, contando con más apoyo entre los Baby Boomers –del 1946 al 1964– (78 %), seguidos de la Generación X-del 1965 al 1981- (74 %), los Millennials –del 1982 al 1994– (73 %), y la Generación Z –del 1995 al 2005– (64 %).

Este sondeo ha vuelto a despertar el avispero. Por otra parte, el último informe Pisa dice que «el descenso en conocimientos matemáticos es generalizado en todos los países europeos y mejoran los asiáticos». Los expertos atribuyen estas caídas «al abuso de los teléfonos móviles y de las pantallas de ordenador». Sin embargo, el propio Pisa defiende que prohibirlos no es la solución, porque se ha observado que en las escuelas donde los móviles están prohibidos, los niveles de ansiedad son mayores.

A finales de enero, el Consejo Escolar del Estado aprobó por unanimidad prohibir el uso del móvil en las aulas excepto para su uso pedagógico. En concreto, el texto aprobado determina lo siguiente: En Infantil y Primaria no es necesario llevar el móvil al centro educativo, exceptuando aquellos supuestos en los que se le autorice por razones individuales muy específicas relacionadas con la salud o con otras circunstancias personales o familiares debidamente justificadas. En Educación Secundaria, en caso de llevar el móvil, deberá mantenerse apagado desde la entrada al centro educativo hasta la salida. Esto incluye periodos lectivos, recreos y otros tiempos de descanso. Dos excepciones: cuando los teléfonos móviles se utilicen con fines educativos supervisados o cuando la utilización individual sea necesaria por razones de salud debidamente justificadas. En las Enseñanzas postobligatorias, cuando el alumnado tiene al menos 16 años, será la dirección del centro educativo, en virtud de su autonomía, la que regule el uso del móvil en función de sus circunstancias específicas. Ante este acuerdo la ministra de Educación ha señalado que lo importante es que no se utilice el teléfono móvil en horario lectivo, a excepción del momento en que el profesor o el tutor lo demande porque sea necesario para su proyecto educativo. Y subrayó que es «muy respetuosa» con las competencias educativas de las comunidades autónomas. La ministra recordó que algunas de ellas tienen ya normativa al respecto. La reacción de la Consejería de Educación de Castilla y León no se hizo esperar. Ella ha querido matizar que dicha medida se aplica en el ámbito educativo de esta Comunidad desde hace casi dos décadas, regulado a través del Decreto 51/2007, que refleja que el uso que de todos los aparatos electrónicos en los centros educativos estará limitado al ámbito pedagógico y estipulado por los centros y docentes. Y ante el anuncio de la ministra Pilar Alegría de que planteará a las comunidades que prohíba el uso de los móviles en Educación Primaria y Secundaria, nuestra consejera, Rocío Lucas, ha querido presentar una queja por «las noticias aparecidas en prensa y la confusión que ha podido crear el Ministerio al realizar anuncios para los que no tiene competencia». Como resumen, la consejera de nuestra comunidad recuerda que en los colegios e institutos de Castilla y León no está permitido el uso del teléfono móvil durante el horario escolar a excepción de que haya fines puramente educativos. Una limitación en la que también se incluye el tiempo de recreo, siempre y cuando este se desarrolle dentro de las instalaciones educativas.

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