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Venezuela, la dictadura de las botas

03/08/2024
 Actualizado a 03/08/2024
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Cuando en un país en vez de los votos, mandan las botas de los militares no hacen falta grandes reflexiones para ser conscientes de qué estamos hablando. Cuando en un país desde 2015, según datos de Acnur, más de siete millones y medio de personas han tenido que dejar todo y huir hacia otros territorios buscando protección y una vida mejor sobran los debates sobre lo que está ocurriendo dentro de sus fronteras. Cuando en un país no se respetan los principios democráticos de transparencia en unas elecciones no estamos ante una democracia, sino ante un régimen autoritario. Cuando enumeramos estas injusticias estamos describiendo lo que ocurre en Venezuela.

Algunos perturbados y extremistas inmorales están intentando reconducir lo que está sucediendo en Venezuela al ya manido y estéril debate entre izquierda y derecha, cuando lo que se está dirimiendo en ese país es una lucha entre democracia y dictadura. Allá sus conciencias, pero sus frases vacías y en algunos casos sus silencios les hacen cómplices de actos carentes de humanidad y llenos de odio hacia los que piensan diferente. Sólo tenemos que ir a los libros de historia para ver cómo en las dictaduras que han asolado los continentes a ambos lados del Atlántico, incluido nuestro país, no son pocos los que defendían a los dictadores o decidían mirar para otro lado.

Mucha hipocresía es la que nos asola en este asunto. Parece ser que en el tema de la inmigración el color de la piel o el origen de los inmigrantes sí importa para algunos. Al mismo tiempo que se rasgan las vestiduras con las personas que huyen de los países africanos y se juegan la vida para llegar a España, pasan por alto la crisis migratoria que asola Venezuela en la última década. ¿Qué puede estar pasando en un país, que actualmente tiene 30 millones de habitantes, para que más de siete millones y medio de personas hayan tenido que escapar de su tierra? Bueno, viendo los comentarios de algunas mentes enfermas, será porque todos ellos son elementos subversivos que al no poder acabar con el gran demócrata Maduro deciden marcharse. 

Lo triste de todo esto es que Venezuela se encuentra en un callejón sin salida. El solo acto de no haber hecho públicas automáticamente las actas de las mesas electorales ya invalida todo lo que viene después. Sólo se atisban dos posibles soluciones satisfactorias para la democracia, que Maduro y sus secuaces se exilien a un país amigo o que el ejército, en un acto de lealtad con el pueblo, pero muy poco probable, deje de apoyarle. De lo que no tengo ninguna duda es que la Historia pondrá a cada uno en su sitio.

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