El pasado miércoles 2 de agosto de 2023, se comenzó a aplicar una normativa que prohibe y cito textualmente del Diario de León: «Las conductas que puedan considerarse como favorecedoras o que promuevan el consumo de prostitución u otras formas de explotación sexual, el mercado de la prostitución y/o el turismo sexual, con independencia de que sean constitutivas de infracción penal».
Esto significa, que a día de hoy, se está dando un paso más hacia la abolición de la prostitución. Considero que esto es algo positivo, no es de extrañar que para ‘much@s’ que disfrutan de este servicio como es la prostitución, no lo vean como algo bueno.
Sin embargo, a pesar de que apruebo la libertad de expresión y de decisión para trabajar o vivir de lo que cada individuo quiera, creo que la prostitución trae consigo una coacción hacia muchas personas, especialmente, mujeres de todas las edades y etnias, hacia sufrir daños hacia su libertad y vida.
Además, no apoyo el abuso sexual y la sexualizacion hacia el género femenino. Todavía hay mucho sexismo en publicidad e incluso en la moda. El consumo desenfrenado de las redes sociales también ha hecho daño y sigue creando una marca social sobre los cuerpos y su consumo.
Por otro lado, qué clase de sociedad seríamos, si promovieramos el consumo de cuerpos, cosificando aún más a las personas.
Por ello, esta noticia es un pequeño paso hacia una sociedad menos sexista y donde la mujer no se vea atraída hacia ese tipo de trabajos que para muchas de ellas, es una vía de salida a una sociedad donde las oportunidades de trabajo para muchas mujeres es menor.
Por todo esto, quiero lanzar otra reflexión, en la cual, yo quiero entender si existe realmente una realidad en la que, una persona sea del sexo que sea, disfrute vendiendo su cuerpo, realizando servicios sexuales a un precio determinado.
Sinceramente, creo que seguramente, hay individuos que piensan que sí les atraen este tipo de trabajos, pero creo que se debería trabajar más hondo e indagar en el propio subconsciente.
Digo esto, porque a veces nuestras tendencias o gustos nacen de una condición social. Como muchos y muchas sabrán, somos seres sociales y todo lo que nos rodea nos marca. Por esto, nuestros gustos nacen de los gustos de otro, con referentes que son referentes de otros y así, se crea una opinión o tendencia popular.
Todo esto, me hace llegar a la sincera opinión, de que tal vez o quizás es hasta lógico entender que en una sociedad sexista, como es esta, se produzcan situaciones en las que las personas lleguen a ver atractiva esa sexualizacion para sacarle un provecho económico.
Eso sí, sin olvidar, que el dinero mueve todo el sistema y a veces, no quedan otras opciones para ganarlo que utilizar tu propia sexualidad, para alcanzar ese dinero.