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Veraneantes que dan la nota

29/07/2024
 Actualizado a 29/07/2024
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Terraza del típico bar de pueblo en un lugar de esta nuestra querida provincia, una tarde cualquiera en pleno mes de julio. El calor lógico y normal de estas fechas por mucho que los calentólogos profesionales y aficionados a los que les va la vida en ello quieran calentarle a usted la cabeza más de la cuenta con lo de que las temperaturas no son normales y todo el rollo que usted ya conoce. Y padece. 

Los chavales corriendo por allí, algunos del pueblo haciendo un alto en las tareas propias del campo de esta época y media docena de veraneantes vascongados dispuestos a hacer gala de su carácter de estúpidos aunque nada más vengan una semana, quince días o como mucho un mes al año a pasar las vacaciones en el pueblo. Y sólo son media docena, que otras muchas familias que vienen de allí son gente encantadora a la que en los pueblos están encantados de recibir, pero nunca fallan los de siempre.

Muchos de esos que hoy regresan a León con aires de grandeza –no olvidemos que algunos incluso creen en tener una genética diferente y claramente superior– son los hijos y nietos de los pobres del pueblo que en su día tuvieron que largarse a buscarse la vida porque aquí eran incapaces de hacerlo y se morían de hambre. Y también saben que eso en los pueblos se recuerda aunque hayan pasado tres generaciones.

El colmo de la chulería, más allá de ir a pedir en los bares un ‘zurito’ o de lucir las camisetas de la Real Sociedad o del Athletic un día detrás de otro, hace ocho o diez veranos fue en un pueblo donde juntaron firmas para pedir al obispo que la misa de los domingos fuera en vascuence porque eran casi más los veraneantes procedentes de alguna de las tres provincias vascas que los feligreses propios de la parroquia. 

Resulta que en los bares la caña, el refresco o un café los piden en euskera batúa pero los favores a los vecinos del pueblo saben pedirlos en un castellano perfecto. Y lo más curioso de todo es que luego vamos usted o yo desde León a Sestao, a Bilbao o a Vitoria y podemos hablar en español en cualquier sitio que siempre seremos bien atendidos, pero a algunos les gusta dar la nota en su pueblo.

 

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