Esta semana la rosa de los vientos de la vida guió al periodista y escritor Bruno Cardeñosa a tierras leonesas para compartir con quien quiso escucharle, cómo se le torció la vida. En un mundo en el que las redes sociales han impuesto la moda del postureo y es tendencia mostrar lo feliz que supuestamente eres, provoca cierta sorpresa ver cómo alguien no tiene pudor en narrar las dificultades a las que ha tenido que enfrentarse desde que hace cinco años le dijeron que padecía esclerosis múltiple. Y por si fuera poco ese ejercicio de sinceridad, ha recogido en un libro todas sus experiencias vitales, que nunca querría haber escrito pero que el destino no le ha dejado elección.
Escuchar a Bruño Cardeñosa, ejerciendo de testigos varios cafés, quizás demasiados saludablemente hablando, me ha hecho reflexionar sobre lo volátil que es nuestra vida presente y lo incierto que es el futuro. Pensamos que la vida es una autovía en línea recta y por esa razón, nos descoloca cuando por algún motivo empiezan las curvas e incluso nos topamos con algún peaje que hay que pagar. Y este tipo de peajes créanme que son mucho más costosos, en todos los sentidos, que con los que nos amenazaron hace unos meses. Por lo tanto, la lección de vida, superación y realismo de Bruno Cardeñosa nos debe servir para disfrutar de la vida mientras tengamos la suerte de cara, porque nunca sabemos cuándo la moneda caerá del otro lado.
Es duro escucharle con qué tranquilidad afirma que es consciente, como el resto de pacientes con enfermedades degenerativas, que mañana siempre estará peor que hoy. Me reconocerán que esta afirmación es un puñetazo en la línea de flotación de cualquier persona. Es lo que tienen las realidades irrefutables. Pero lo verdaderamente especial de Bruno Cardeñosa es que a pesar de no esconder las incontables dificultades con las que una persona con esclerosis múltiple tiene que lidiar, demuestra unas ganas de vivir y de superarse que estoy seguro servirán a muchas personas que lamentablemente se tendrán que enfrentar a su mismo enemigo. Este es el objetivo que precisamente busca con su último libro ‘La vida se torció’, además de dar visibilidad a esta enfermedad para que los afectados reciban el apoyo y ayudas que llevan demandando desde hace ya mucho tiempo a las instituciones públicas.
No seamos necios e ignorantes y disfrutemos de la vida como se merece cuando ésta vaya en línea recta, porque nunca sabemos cuándo se puede torcer y llegado ese momento no siempre la vida te indulta y te da una segunda oportunidad.
Vidas torcidas
26/06/2021
Actualizado a
26/06/2021
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