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Votar en verano

23/07/2023
 Actualizado a 23/07/2023
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Contra lo que se le reprocha al presidente del gobierno desde una oposición que hasta le reprocha apellidarse Sánchez, a mí me parece bien votar en pleno verano. Todo son ventajas. Si está uno de vacaciones, puede interrumpirlas con un acto a medio camino entre estas y la normalidad, y ya se sabe que toda variación en la rutina es apetecible. Al fin y al cabo las elecciones, aunque sean un deber cívico, suelen ser en domingo para compensar. Acudiendo al colegio electoral con bermudas, chanclas y camisa floreada se siente uno un probo ciudadano que deja de lado su bien ganado asueto para cumplir con el país, desenfadada pero escrupulosamente. Con tan mínimo esfuerzo deja uno marmóreamente repulida su conciencia.

Por otro lado, los sufridos componentes de las mesas pueden hidratarse y descansar en las horas centrales del día porque será extraño que alguien se acerque en ese momento a ejercer derecho alguno. No son horas más para el derecho a la pereza, que decía el yerno de Marx, Lafargue, o a la siesta, así que tal opción puede incluso que llegue a ser ejercida (discretamente) en la propia mesa, lo cual insiste en las bondades de la fecha elegida.

Al fin, el estival y multitudinario voto por correo ha convencido de varios extremos: el primero de ellos que la perfidia del sanchismo no se extiende a las sacas de correos, algo demostrado ya el 28-M si es que hacía falta (que no). El segundo: ese voto aporta emoción inesperada a un recuento que en España se desarrolla con una diligencia tan inusitada que acaba por poner en cuestión el suspense y dramatismo en caso de empate: el recuento por correo los recobra. En definitiva, votar por correo libera tanto de compromisos que puede uno dedicarse a desperdiciar el domingo lamentando no haberse percatado de que finalmente podría votar en persona.

Vayan a votar. Voten porque el país siga adelante o porque deje de ser lo que es ahora, porque sigamos sintiéndonos medianamente satisfechos con él (la democracia siempre es una medianía) o acabemos por avergonzarnos de su deriva. Y ya que los políticos no se explican con claridad, voten teniendo en cuenta lo que el gobierno ha hecho estos cuatro últimos años y lo que consideren hará otro gobierno distinto en los próximos cuatro. Teniendo en cuenta cómo estaba el país en 2018 y cómo está ahora; cómo podría haber estado de haber gobernado otro partido durante estos cuatro años tan repletos de tribulaciones y padecimientos, si hemos acabado bien o no y por qué. Voten más allá de lo que dicen unos y otros, escojan como si escogieran ustedes solos a quien confiarían el futuro de aquello que les importe. Aunque sea verano y después se vayan a la playa, a la montaña o al tajo como todos los lunes para olvidar que votaron y a quién.
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