Imagen Maximino Cañón (PNG)

Ya empezó el 2025 (a ver como nos viene)

21/01/2025
 Actualizado a 21/01/2025
Guardar

Ahora que ya hemos pasado las navidades y lo que ello conlleva, en cuanto al exceso de peso que algunos han, o hemos, adquirido mediante la injerencia de copiosas comidas o cenas, entre amigos o compañeros de trabajo (que no es lo mismo), tratamos de hacer un balance de cuanto hemos gastado y lo que nos queda de aquella lejana paga extraordinaria (quienes la tuvieran) para realizar compras en las rebajas. En este sentido siempre me ha rondado por la cabeza saber si las cacareadas rebajas son de verdad y no son saldos de lo que no se han podido vender en tiempo y forma, para, de esta forma darles salida. Como en los reyes, sobre todo la gente joven, agradece mucho más que les traigan un dinerillo en lugar de regalos para que ellos lo administren a su antojo. Lo cierto es que, a toro pasado, se conforma uno contando anécdotas que tuvieron en los bares del barrio (verdaderos centros de cultura popular) sobre lo sucedido a lo largo del año y que nos dejó buen sabor de boca en la memoria. En todas las pandillas siempre había uno que sobresalía sobre los demás a la hora de relatar historietas, en este caso se trataba de comparar lo que cada uno había comido en las cenas navideñas. Yo, que casi siempre estaba con el oído atento a lo que los mayores decían, fui testigo, sobre todo de una conversación en la que criticaban el precio que por entonces tenía el jamón, cuando uno de los amigos les dijo, vosotros, entre los que alguno presumís de los conocimientos que tenéis a la hora de resolver problemas, a ver si sois capaces de dar con la solución. Ahí va: Si el kilo de jamón está a cien pesetas, por ejemplo, de entonces, ¿a que velocidad tiene que andar el cerdo por el cubil? Lo cual dejó a los presentes sin capacidad de respuesta y a mí con la boca abierta buscando solución al problema. Volviendo al protagonismo que por entonces tenía el jamón entró en conversación del propietario del bar, hombre con mucha chispa, diciendo que un día vino un cliente y le pidió un duro de jamón a lo que le contestó: Tú no estas bien, por ese dinero no te dejo ni lamer el cuchillo. Aunque han pasado muchos años no dejo de reconocer la inventiva que, sin tener grandes estudios, se tenía. De lo que ahora se trata es de que los deseos, en una gran parte se cumplan y, mientras tanto, que nos sigamos viendo, aunque con menos pelo y más blanco que de lo que se trata es de seguir viviendo con independencia de lo guapos que nos encontremos porque como se decía cuando uno no era muy agraciado: «la belleza se lleva dentro». A ver sin como también dice el refrán, año de nieves, año de bienes, y como en estos días, aunque no en mucha cantidad, en la ciudad la hemos pisado, a ver si es verdad.

Lo más leído