21/09/2024
 Actualizado a 21/09/2024
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Recientemente publiqué un artículo en este mismo espacio sobre lo que me parecía el colapso del servicio de taxi en León, aunque más que una columna de opinión se trataba de una mera recopilación de anécdotas que lo ponían de manifiesto.

El texto suscitó un encendido debate en Facebook, con amplia participación, bien para completar mi relato con otras anécdotas parecidas sobre el mal funcionamiento del servicio, bien para negarlo o justificarlo, o bien para ponerme verde. Todo ello me sorprendió positivamente. Porque lo que uno se propone cuando escribe una columna de opinión es precisamente eso, suscitar la reflexión e impulsar el sano debate público, y casi nunca lo consigue. Si uno escribe sobre los asuntos ético-morales más espinosos o sobre las cuestiones políticas más candentes, conseguirá que quienes están de acuerdo con la opinión vertida lean hasta la mitad de la columna y pongan un «me gusta», y que los que están en contra lean hasta el mismo punto y pasen ver un vídeo de C. Tangana. De debate, nada.

Mas no es así cuando se toca el tema del taxi, y los que se animaron a escribir en contra de mi opinión merecen tener voz en este espacio. Un señor, por ejemplo, culpaba del problema a las modificaciones urbanísticas llevadas a cabo por esta corporación, que entre obras y peatonalizaciones están haciendo imposible conducir por la ciudad, lo cual es innegable. Otra mujer, profundamente indignada, se limitaba a argumentar que la gente tiene el deber de esperar al taxi el tiempo que sea y sin protestar, porque también cuando vamos al ambulatorio hemos de aguardar a que nos atienda el médico y no ponemos el grito en el cielo.

Este último argumento me pareció especialmente desacertado, porque los médicos son conscientes como nadie de las carencias de la atención sanitaria, y por eso no dejan de pedir más médicos, mientras que los taxistas no quieren ni oír hablar de que se den más licencias. Prueba de ello es el cabreo monumental que se han pillado cuando el alcalde, por fin, ha anunciado el aumento del número de licencias y la revisión de otras que no funcionan bien. Sólo queda saber cuánto tiempo pasará del dicho al hecho, y si las presiones del sector frenarán la decidida actitud de nuestro regidor.

 

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