Conviene apuntar que ‘Pan y toros’ recoge las principales conclusiones extraídas de una tesis doctoral que el propio Codina estuvo realizando durante más de tres años, y que ahora ve la luz convertida en libro. Este ensayo, que ya ha sido exitosamente presentado en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Palma de Mallorca, Zaragoza, Santander, Toledo, Pamplona, A Coruña, Zamora, Oviedo, Gijón, Guadalajara, Santiago de Compostela, Logroño y Sevilla, evidencia que, muy al contrario de lo que se pueda pensar, prácticamente desde el siglo XIII destacados juristas, escritores, pintores, filósofos, religiosos, políticos, periodistas e historiadores españoles –en definitiva, relevantes mujeres y hombres de todas las épocas– denunciaron la tauromaquia generación tras generación considerándola una barbarie que debía ser cuestionada, combatida y, en último extremo, erradicada.
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Al respecto de los autores castellanoleoneses, Codina destaca al palentino Modesto Lafuente, universal autor de la célebre ‘Historia general de España’, una obra en la que, precisamente, Lafuente se refiere a la tauromaquia como un «feroz y sangriento espectáculo» cuya prohibición sería deseable y conveniente. Por su parte, también conviene citar al jurista, historiador, profesor, escritor y político Gumersindo de Azcárate (León, 1840-Madrid, 1917), quien fue, junto a Giner de los Ríos y Nicolás Salmerón, uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza. Existen evidencias históricas de que este ilustre leonés fue un gran antitaurino. Por ejemplo, en agosto de 1914 presidió una multitudinaria fiesta cultural antitaurina que se celebró en Gijón.
Por otro lado, el padre Martín Sarmiento, nacido en 1695 en Villafranca del Bierzo, es otro de los históricos antitaurinos castellanoleoneses. Este destacado representante de la Ilustración española del siglo XVIII se pronunció abiertamente no solamente en contra de los espectáculos taurinos, sino en contra del maltrato animal en general, siendo un pionero en este sentido. Así, Martín Sarmiento llega a escribir que no mirará «jamás con buenos ojos a los que a sangre fría hacen daño grave a los animales inocentes y domésticos». Al respecto de las corridas de toros, el erudito asegura que son «una carnicería llena de barbarie y crueldad hacia el toro».
Asimismo, el noble y político Cayo Quiñones de León Santalla (León, 1818-Real Sitio de San Ildefonso, Segovia, 1898), marqués de San Carlos, diputado al Congreso por León en varias legislaturas y senador vitalicio, defendió precisamente en la Cámara Alta, en 1877, una propuesta de abolición de las corridas de toros. Por su parte, el religioso fray Luis de Escobar, nacido en Sahagún hacia 1475, llegó a escribir que suponía una crueldad el matar a un animal como el toro, y encima haciéndolo por simple placer o divertimento. Es decir, parte de su posicionamiento antitaurino también tenía mucho que ver con la cuestión del maltrato animal.