El reciente nombramiento de Mark Carney como líder del partido gobernante en Canadá ha generado una ola de reacciones internacionales, especialmente desde Reino Unido y Francia. Ambas naciones han expresado su deseo de fortalecer las relaciones bilaterales en un contexto de tensiones políticas y diplomáticas con la administración de Donald Trump en Estados Unidos.
Reacciones desde Europa
El primer ministro británico, Keir Starmer, ha manifestado su intención de colaborar "estrechamente" con Carney en temas de interés común, como las prioridades del G7. Starmer también aprovechó la ocasión para despedirse del primer ministro saliente, Justin Trudeau, deseándole éxito en sus futuros proyectos.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, elogió los ocho años de "excelente cooperación" con Trudeau y extendió sus felicitaciones a Carney. Macron destacó que, ante los desafíos actuales, los vínculos entre Francia y Canadá son más sólidos que nunca.
Postura de la Comisión Europea
En contraste, la portavoz jefe de la Comisión Europea, Paula Pinho, evitó comentar sobre el ascenso de Carney durante una rueda de prensa reciente, mostrando una postura más reservada respecto al cambio de liderazgo en Canadá.
Política hacia Estados Unidos
En su primer discurso como líder del Partido Liberal, Carney reafirmó su postura firme frente a Estados Unidos, descartando cualquier concesión en materia arancelaria. Prometió mantener las tarifas impuestas como respuesta a las medidas de Trump "hasta que los estadounidenses muestren respeto". Carney enfatizó que "los canadienses siempre están listos cuando alguien más se rinde", y comparó la situación comercial con el espíritu competitivo del hockey, asegurando que "Canadá ganará".
Reconociendo la imposibilidad de cambiar a Trump, Carney abogó por "nuevas ideas y un nuevo plan" para enfrentar las amenazas actuales. Bajo un "liderazgo positivo", su gobierno se enfocará en "construir una economía más fuerte, crear nuevas relaciones comerciales con socios fiables y asegurar las fronteras".
El liderazgo de Carney promete un enfoque renovado en las relaciones internacionales y un compromiso con el fortalecimiento económico de Canadá, mientras navega las complejidades de la política global actual.