Peña Trevinca

Peña Trevinca es una cumbre enigmática que alcanza los 2.127 metros. Constituye el techo de Galicia y de Zamora y, además, atesora joyas naturales como el bosque de tejos de Casaio, guardando en sus e

Francisco A. Ferrero
04/11/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Ubicación de la ruta de senderismo 'Peña Trevinca', en Google Earth.
Ubicación de la ruta de senderismo 'Peña Trevinca', en Google Earth.
Existen variadas alternativas para alcanzar Peña Trevinca, la cumbre más alta de Galicia y de Zamora con sus 2127 msnm según los planos del IGN. Quizás la más sencilla sea partir de una cota ya suficientemente alta, como el puerto de Fonte da Cova que comunica las comarcas de La Cabrera (León) con Valdeorras (Orense). Está situado en el kilómetro 67 de la carretera LE-230-1 que continua bajo el nombre de la OU-122 en el lado gallego. El puerto, situado a la cota 1850 m snm, es fronterizo entre las provincias de León y Orense y conserva los remontes de una antigua estación de esquídelaño 1975, que pocos años después cerraría.

Hoy, en su solar, hay un centro de desenvolvimiento rural con hostal y restaurante. Frente al conjunto de edificios parte una ancha pista forestal, apta para vehículos todo camino, que nos traslada, tras recorrer unos 4 km, hasta la cantera de Manada Vieja laboreada en el lado leonés del Alto do Campo. Desde lo alto de la cantera de pizarra, situada a unos 1787 msnm, se intuye un camino que continua en dirección SO hacia el macizo de Peña Trevinca que ya vemos en el horizonte. Aquí se inicia nuestro recorrido pedestre.

«Desde la cumbre, lo que más sorprende son los amplios valles de la cabecera del río Tera»Tanto si alcanzamos el puerto desde el lado leonés, como desde el lado gallego, las explotaciones de pizarra son una imagen constante durante el recorrido. Merece la pena pararse ocasionalmente para ver el paisaje desde la altura y las cicatrices mineras que ocupan amplias superficies de las cuencas de los ríos Cabrera y Casoio, donde se reúnen las mayores explotaciones de pizarraa nivel mundial. El paisaje resultante, con toda seguridad, no nos dejará indiferente. Por eso, resulta un alivio ir alejándose de este territorio abigarrado de explotaciones mineras e ir adentrándose en un paisaje inalterado, sólo modelado por la acción y cadencia que marca el ritmo la naturaleza.Una vez no hemos alejado unos 700 metros de la cantera, en el paraje de La Cabrita, sobre un promontorio rocoso y otero natural,se hace necesario hacer un alto en el camino (está señalado en el plano como punto de observación) para poder apreciar, a vista de pájaro, las infraestructuras mineras de la minas de wolframio de los alemanes, situadas en la cabecera del arroyode Valborraz.

El wolframio es un mineral muy escaso en Europa y estratégico desde el punto de vista bélico. De ahí que su explotación esté asociada en la mayoría de los casos al inicio de los grandes conflictos bélicos internacionales; por ello, se explotó en estos parajesen varias fases coincidiendo con el desarrollo de la primera y segunda guerra mundial. La primera fase, conocida como de los belgas, se realizó en el valle de San Gil, subparalelo al de Valborraz, durante el periodo 1913-1928. La segunda fase, conocida como de los alemanes, transcurrió entre los años 1937 a 1945 en el valle de Valborraz, con un repunte en 1954 con elinicio de la guerra de Corea.

La tercera fase, y última, se llevó a cabo entre los años 1954 a 1963 a través de iniciativas de empresarios locales que también fueron pioneros en las primeras explotaciones de pizarra una vez decayó la demanda de wolframio.Las calicatas y edificios mineros de las minas de Valborraz de la fase alemana son visibles desde elmirador de La Cabrita, aunque muy deterioradas ya que una de las inestables escombreras de la cantera donde iniciamos nuestro recorrido, se precipitó monte abajo durante un riguroso invierno del año 2010, sepultando una gran parte de la infraestructuras mineras más importantes. En los edificios que contemplamos llegaron a trabajar más de mil trabajadores, donde la mitad eran presos militares republicanos y guerrilleros antifranquistas en libertad vigilada que redimían sus penas mediante trabajo.

Esta ruta está preñada de contrastes ya que, desde el mirador mencionado, también parte una ruta hacia el Teixadal de Casaio del que también apreciamos su mancha forestal verdioscura desde la altura. Alcanzar la ladera que cobija elbosque de tejos de Casaio, uno de los más importantes de Europa, siempre supone un esfuerzo por la dificultad en el acceso y el nivel de aislamiento. Está situado en la margen izquierda del arroyo de Penedo, sobre la vertiente más húmeda y umbría, entre la franja de cotas que van de la 1.350 a 1.450 m snm. Ocupa una superficie de unas 20 ha y se han contabilizado 422 tejos de diferentes envergaduras, algunos de entre 4 y 5 metros de perímetro que pueden llegar a alcanzar 400 años. El Teixedal de Casaio está considerado como un aula magna de la naturaleza.

«Peña Trevinca pertenece a la Sierra Segundera, donde se sitúan también Peña Surbia y Peña Negra»Una vez abandonamos este elocuente punto de observación, la pista forestal continua hasta convertirse en sendero en el paraje de Las Camperas que nos dirige a un collado del que divisamos ya la laguna glacial colgada de Penedo (en los planos del IGN aparece mal etiquetada como Lagoa da Serpe), que da origen al arroyo que atraviesa el bosque de tejos. La aparición de la laguna, situada bajo la cumbre de Peña Surbia (2116 msnm), constituye una buena referencia de que hemos cogido el camino adecuado. El sendero, se aleja de la laguna zigzagueando hasta alcanzar un portillo (Portillo Puertas) que nos dirige hasta la base de llamativa peña aislada de paredes verticales, conocida por los senderistas como pico Puertas, cuya coronación está a la cota 1965 msnm. Desde aquí tenemos unas magníficas vistas del lago de La Baña, una doble laguna glacial, último testigo residual del circo nival que ocupaba la cabecera del rio Cabrera durante la úlltima glaciación. Monumento natural desde 1990, pero que ha perdido parte de sus valores naturales por la cercanía de las explotaciones de pizarra y los daños causados al flujo natural de las aguas, ya que llega a vaciarse durante el estío.

El sendero continua hasta la portilla de Morena Cavada, que separa el interfluvio del las cuencas del río Cabrera (perteneciente al Miño-Sil) y de la del río Tera (Duero). Desde aquí ya podemos intuir la cumbre de peña Trevinca y los amplios valles glaciales erosionados en forma de “U” abierta que, de forma dendrítica, conforman la cabecera del río Tera. Desde la portilla se puede ver el fuerte desnivel que vence en cabecera el río Cabrera hasta alcanzar el Lago de la Baña, en contraste con la cabecera del río Tera de pendientes mucho más suaves formando majadas de fondo plano. Se puede llegar a comprender como el mayor tirante hídrico del río Cabrera y, consecuentemente, su mayor poder erosivo frente al curso fluvial del Tera, hará que, con el paso de cientos de años, la cabecera del río Tera sea capturada por el río Cabrera.

Una vez alcanzada la turbosa Vega de El Geijo, un sendero nos asciende poco a poco bordeando Peña Negra (2121 m snm) hasta el estribo norte de Peña Trevinca, donde un sendero rectilíneo nos señala inequívocamente la dirección a la alomada cumbre. En ella nos recibe, abatida, una cruz de hormigón armado de unos 8 metros de altura. Fue levantada por la Agrupación Montañera Zamorana, gracias a un grupo de entusiastas montañeros que, a turnos, acarrearon el material desde la Presa de Vega de Tera hasta la cima. Tres años después de su construcción, era tumbada por un huracán. Levantada de nuevo por vecinos de Porto, fue derribada otra vez. Es el tributo de Peña Trevinca a la osadía del hombre, ya que nada humano puede sobresalir más que lo que la naturaleza ha ordenado. Hoy sólo es un asiento inesperado que nos sorprende al alcanzar la cumbre.

El macizo de Peña Trevinca pertenece a la Sierra Segundera del macizo Galaico-Leonés, donde se sitúan también los picos de Peña Surbia (2116) y Peña Negra (2.100). El collado que se forma entre Peña Surbia y el Alto Ladeira da Medias (2066), marca la separación de las provincias de Orense, Zamora y León. En Peña Trevinca se sitúa el techo de Galicia y de Zamora, formando un paisaje abrupto y fronterizo. Se dice que el topónimo Peña Trevinca es reciente (de alrededor de 1800) y que deriva de la palabra ‘trifinca’ (tres fincas) o ‘trevinco’ (tres marcas) que alude a tres hitos geográficos que separan las fronteras territoriales de Galicia (Orense) con Castilla y León (Zamora y León).

Desde la cumbre, lo que más sorprende a este observador son los amplios valles de la cabecera del río Tera. Valles formados hace unos 100.000 años, durante la última glaciación, cuando el macizo de Peña Trevinca estaba cubierto por amplias masas de hielo, formando, hacia la cuenca del Tera, un glacial de meseta que cubría estas superficies y se desparramaba hacia el altiplano del norte zamorano. Con la retirada paulatina de los hielos, la acción combinada del hielo y del agua, dejaron grandiosos valles, de fondo plano y poca pendiente, labrados por la acción de hielo y cubiertos actualmente por importantes turberas por las que circulan las corrientes fluviales de forma anastomosada. Esto dio lugar también a la formación del conjunto de lagunas glaciales más importante de la Península Ibérica después de los Pirineos. El camino de vuelta se puede hacer cresteando por las cumbres de Peña Negra y Peña Surbia, hasta alcanzar, de nuevo, el sendero que da vistas a la laguna de Penedo (o del Teixadal).
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