Por mucho que el Zaragoza llegara al Toralín sin haber ganado todavía y con sólo un gol anotado, su potencial es tan amplio que podía entrar dentro de la lógica que se llevara los tres puntos, algo que sucedió tras imponerse 1-2.Sin embargo, más allá de la derrota, la tercera consecutiva tras los dos triunfos iniciales que siguen dando aire a los bercianos, la preocupación en la Ponferradina debe llegar por cómo se produjo, estando a merced de un Zaragoza que tuvo ocasiones como para haber goleado, con muchísimos problemas en la defensa y sin ideas en un ataque donde Nwakali, con una genialidad para empatar momentáneamente el choque incluida, fue una isla.
Cierto es que las bajas se notan y mucho. Agus Medina, ausente por lesión, es imprescindible. Yuri seguirá cumpliendo años, pero te da algo que nadie más hace. Y regresó Ojeda, pero en la segunda parte y aún no al 100%. Sin embargo, son un condicionante que no explica todos los problemas de la Deportiva, que no consigue coger esa idea de intentar tocar y tocar para llegar que intenta imprimir José Gomes, y que sobre todo sufre en demasía en tareas defensivas, donde con Amo relegado a la suplencia la pareja Pascanu-Diéguez volvió a ser superada, y la banda izquierda con Moi Delgado fue atacada con éxito una y otra vez por el rival.
Simeone marcó el primer gol tras hacer un sombrero a Pascanu y el segundo en el remate de un centro lateral Aunque, si hubo alguien que contribuyó a agrandar las dudas de la Deportiva, ese fue Giuliano Simeone. El hijo del ‘Cholo’ no sólo marcó los dos goles de su equipo, sino que volvió loca a la zaga, dejó un derroche de pundonor y garra, y fue protagonista omnipresente en la mayoría de las acciones de peligro de los maños.
Cierto es que el partido podría haber sido distinto de no haber acertado en su primera llegada peligrosa un Zaragozaque venía peleado con el gol pero se reconcilió con él a los 12 minutos. De un balón largo que peinaron de cabeza nació el tanto que se inventó Simeone, que primero le ‘comía la tostada’ a Pascanu llegando antes, después le hacía un sombrero y por último resolvía a la perfección ante Amir para hacer el 0-1.
Presumía de puntería el equipo maño y adolecía de ella la Deportiva, que ‘perdonaba’ una clara oportunidad para igualar casi de inmediato. De las botas de un enorme Nwakali, de donde nació casi todo lo positivo de los locales, salió un pase hacia un Heriberto que le ganaba la partida a los defensas y habilitaba a Derik, que solo ante Cristian aunque con un defensa tirándose ya sin dejarle pensar, resolvía mal con un tiro demasiado centrado que desviaba el guardameta para salir vencedor del duelo.
Amir salvó a su equipo con 2 manos increíbles, una a Vada con 0-1 y otra a Jair con 1-2. El Zaragoza también dio un palo Ahí se acabó lo generado por los de José Gomes, hasta que al filo del descanso Nwakali se ‘sacaba de la chistera’ el empate. Antes había ejercido de salvador Amir, después de que de nuevo Simeone ganara la partida en un balón dividido a un central, esta vez Diéguez, poniendo hacia atrás un pase de la muerte que Vada remataba libre de marca en el punto de penalti, encontrándose con la mano salvadora de Amir.
Necesitó menos para poner el 1-1 Nwakali, que condujo desde el centro del campo y, a 40 metros y viendo que nadie le salía, se sacó un tremendo ‘zapatazo’ que cogía efecto y se colaba cerca de la escuadra de Cristian después de tocar en el larguero.
El tanto al filo del descanso podía suponer un impulso moral para la Deportiva, pero cualquier ventaja mental se vino abajo al colocarse de nuevo el Zaragoza por delante a los cinco minutos de la reanudación. Esta vez fue después de un saque de esquina que terminaba en centro lateral que Fuentes cabeceaba hacia Guiuliano, que controlaba y se sacaba un disparo que se desviaba tras tocar en un defensa y acababa en el fondo de la red siendo el 1-2.
La Deportiva, que no generó nada tras el 1-2, marcó con un trallazo desde 40 metros. Antes Lacerda falló ante el portero Había tiempo, pero faltó fútbol. Y de hecho lo que estuvo más cerca fue la sentencia maña, con disparos de Mollejo y Vada, pero sobre todo con una acción en la que de nuevo salvaba Amir a su equipo con una mano impresionante a cabezazo de Jair, y en el rechace Puche a placer no veía puerta y estrellaba el balón en el palo.
Lo mejor del tramo final es que la Deportiva estaba aún viva, que no era poco con lo visto, pero de nada sirvió. Otro tiro lejano de Nwakali, que intentaba repetir hazaña pero esta vez tiraba muy desviado, y una cabalgada de Lukaku por banda que se quedaba en nada con el mal centro, eran en el descuento las últimas esperanzas frustradas.
Por segunda semana consecutiva, El Toralín veía perder a su equipo. La semana que viene en Albacete, ante un recién ascendido que ha empezado muy bien, llegará la opción de desquitarse.