Por el camino del Tren Burra

El programa de Vías Verdes lo promueve la Fundación de los Ferrocarriles Españoles

Vicente García
25/01/2019
 Actualizado a 19/05/2022
Camino a Campazas. | VICENTE GARCÍA
Camino a Campazas. | VICENTE GARCÍA
En el siglo pasado, antes de los automóviles, funcionaban distintos medios de comunicación que trataban de transportar los productos desde las grandes extensiones cerealísticas y viñedos hacia los grandes mercados. El canal de Castilla y el ferrocarril fueron pioneros para estos menesteres y por ello se crean estas infraestructuras. El ferrocarril de Palanquinos a Medina de Rioseco fue una de ellasy circuló durante poco más demedio siglo hasta que en el 69 fue clausurada porque su función se trasladó a otros medios más rápidos y baratos. Quedó entonces la vía sin uso ni función hasta que en los años 90 el ayuntamiento de Valencia de Don Juan compró los terrenos para crear la Vía Verde que lleva a Castrofuerte, la siguiente estación, y fue entonces cuando se creó la Vía Verde Valencia-Castro de 11 kilómetros de longitud, muy utilizada por caminantes y ciclistas.
El año 2015 se celebró en abril el centenario de la inauguración del ferrocarril y se llevaron a cabo muchos actos recordando su historia, de la que nos da cuenta Teresa Giganto en un excelente artículo que es aconsejable leer para conocer los entresijos de este tren: 'Historias que viajaron a lomos del tren burra', así como los de Ana Gaitero en el Diario y otro artículo de Ileón. En 2016 los presidentes de las diputaciones de León y Valladolid se reunieron para impulsar las vías verdes con muchos proyectos, de los que no se ha vuelto a saber nada: León y Valladolid acuerdan crear una Vía Verde sobre el Tren Burra.El programa de Vías Verdes lo promueve la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, junto con las administraciones, aunque no se nota mucho en la actualidad su actividad promocional.

Comienza la ruta en la localidad de Valencia de Don Juan, bien en la urbanización Valjunco, bien en la propia ciudad, para seguir por un tramo acondicionado y asfaltado, muy utilizado por los coyantinos, sin más problemas que los cruces con carreteras y caminos. Si se inicia en la estación, a la salida se encuentra una casilla de apeadero con un lugar para descansar y papeleras.

La Vía Verde está muy bien preparada, se puede caminar, ir en bici o en silla de ruedas porque la primera y la última parte son de asfalto y el resto de zahorra muy compactada. Conviene aclarar que la infraestructura está muy bien realizada, sin apenas cuestas, pues los pequeños vallejos se cruzan mediante puentes y los suaves altozanos del recorrido han sido rebajados para que las máquinas de vapor no tuvieran que realizar grandes esfuerzos. Aún así la velocidad máxima de los trenes estaba en 35 km por hora, lo que le valió el apodo de tren burra, que provocaba numerosas anécdotas como la de los pasajeros que iban a los barcillares a por uvas y volvían al tren de una carrerina con sus buenos racimos.

La ruta va paralela a la carretera de Castrofuerte,tiene bastantes rectas y a poco más de los cinco kilómetros existe un área recreativa con barbacoas, poco después se ven las ruinas de una casa, y siempre va entre chopos, almendros, que se habían plantado para el ferrocarril, plátanos de sombra, arces y álamos, plantados por el ayuntamiento así como genistas, que en primavera dan a los bordes de la ruta un colorido espectacular. En las zonas de puente hay barandillas que la dejadez en el mantenimiento hace que muchas se hayan podrido y necesiten una buena reparación.

Hay en el camino varias estructuras útiles para descansar o guarecerse de la lluvia. Cuando se ven las torres de Castrofuerte el camino vuelve a estar asfaltado para finalizar con unos carteles sobre las vías verdes cerca de las ruinas de lo que fue la estación, donde sigue un camino.

A partir de este momento se puede visitar el pueblo y volver por la misma ruta, o si se dispone de transporte de regreso, seguir hasta Campazas.

El camino hacia Campazas ya se hace con dificultad por la vía, pues se encuentra invadida por la maleza de hierbas, hinojos y escobas, pero se puede y debe hacer por los caminos de concentración paralelos a las vías, en buen estado, pero con tránsito de tractores. Más tarde se cruza el canal del Porma y se sigue por un camino que existe al lado de la gran balsa para almacenar el agua. Tras pasar el gran estanque hay que seguir por el camino de la izquierda, que va hacia el sur ascendiendo una pequeña cuesta continuando hacia las Moranas. En un momento se vuelve a ver la deteriorada Vía del tren burra, que se cruza hacia la derecha camino de las Pardalas, donde hay una construcción y poco después se llega a la carretera que se introduce en Campazas, para ir a la iglesia, o al bar, donde finaliza la ruta.

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