Prada ‘a tope’: "A los emprendedores rurales habría que tenerlos en palmitas"

Buscar la calidad y la excelencia sin prostituirse. Y sin olvidar nunca la honradez. Con esas premisas ha trabajado toda la vida Prada, y de todo ello habló este miércoles durante su pregón en la Feria de Productos de León.

El empresario agroalimentario berciano recordó que los de León fueron los primeros productos del país que supieron promocionarse y darse a conocer. «Después vinieron otros, los de Palencia o los de Salamanca, pero ya fueron una copia», dijo.

Ante un auditorio entregado a la intervención improvisado de tan singular y querido personaje, Prada se puso en pie para hacer un repaso de su trayectoria –muy paralela a los Productos de León– y quiso hacer hincapié en el apoyo que han recibido siempre por parte de todos los equipos de gobierno de la Diputación, «fueran del color político que fueran».

El 85% del Bierzo está abandonado y es una pena. Como no cambiemos no sé qué pasará, y eso que la comarca sigue siendo bella Así, Prada agradeció la labor de los presidentes y diputados del área anteriores: «Turiel y Llorente, José Antonio Díez, García-Prieto o Isabel». Al citar a Carrasco, Prada pidió un aplauso en recuerdo de la presidenta, a la que apreciaba mucho, «porque apostó totalmente por nuestros productos».

Comentó también Prada cómo en sus inicios no era fácil sacar adelante esta firme apuesta por lo auténtico y lo genuino. «Hubo que trabajar mucho, luchar, sudar sangre», reconoció, «y ahora todo Cristo dice lo mismo, que hay que potenciar los productos de cada región. Y digo yo: Manda cojones, esto lo llevo yo diciendo 40 años».

Prada pidió apoyo para los pequeños productores rurales. «Hay que ayudarlos, son los que crean puestos de trabajo, sin ellos la gente abandona los pueblos», lamentó. También dijo que en León «no hemos sabido valorar lo que tenemos, hemos sido muy tontos, siempre se prefería elegir lo de fuera».

Tras proyectar algunas imágenes de su trayectoria, concluyó con un rotundo «¡Que viva el Bierzo, que vivan León y arriba España!». Y, como es habitual, se ganó a toda la concurrencia.