El acta del premio destaca que la concesión se hace “por abordar con un enfoque integral e innovador la protección de la biodiversidad del Parque Nacional Bukit Baka Bukit Raya, en Borneo”, y por el trabajo desarrollado con “algunas de sus especies emblemáticas, como los orangutanes”. Subraya también su capacidad para crear “estrategias de conservación a largo plazo en un ecosistema asediado por la deforestación como consecuencia del avance de los cultivos de las plantaciones de aceite de palma”.
El rector de la ULE, Juan Francisco García Marín, se ha mostrado gratamente sorprendido al conocer la concesión de este importante premio a la que en su día fue su alumna. “La recuerdo como una joven inquieta, muy responsable y trabajadora, y con las ideas muy claras” ha explicado.
García Marín comenta que Karmele Llano colaboraba en esa etapa con la sección leonesa de Avafes, asociación creada por estudiantes de veterinaria a nivel nacional para la atención de la fauna exótica y salvaje. “Siempre tuvo claro que quería especializarse y trabajar con animales salvajes y me parece recordar que al concluir aquí sus estudios marchó a Holanda, precisamente a cursar estudios para formarse en esa materia”, añadió.
Tras su formación como veterinaria en la ULE, Karmele Llano tuvo claro que su futuro estaba sobre el terreno, y no en despachos o clínicas de barrio. Después de trabajar en centros de recuperación de especies en Venezuela y Holanda llegó a Indonesia en el año 2003 creó el grupo de defensa de los animales Proanimalia y comenzó a trabajar en Yakarta.
En octubre de 2005, atendiendo a la solicitud formulada por la Borneo Orangután Survival (BOS), la asociación que financia el centro de Yakarta en donde desarrollaba su labor, se trasladó al Centro de Reintroducción de Orangutanes Nyaru Menteng de Borneo.
Posteriormente fundó junto a su marido, Argitoe Ranting, que también trabajaba en la protección de estos primates, una ONG local que estableció un convenio de colaboración con International Animal Rescue, organización dedicada a la conservación de especies amenazadas en varios países.
Visita a la ULE
En diciembre de 2006, Karmele Llano tuvo ocasión de regresar a la ULE para impartir en el Paraninfo de la Facultad de Veterinaria una conferencia titulada ‘Experiencia de una veterinaria en Borneo. Recuperación de orangutanes y otros animales salvajes’, enmarcada en el ciclo de Actualidad Científica y Cultural que organizan de forma anual la institución académica y la Fundación Carolina.
El rector de la ULE, Juan Francisco García Marín, ha comentado que sería estupendo que volviera a visitar la que fue su facultad “para que pueda compartir con todos nosotros, especialmente con los estudiantes, sus experiencias y el trabajo tan importante que está llevando a cabo”.
En la actualidad más de 250 personas trabajan por la conservación de la biodiversidad en Borneo en la Fundación IAR de Indonesia, dirigida por Karmele Llano, que aún tuvo tiempo para obtener en 2011un doctorado por la Murdoch University (Australia).
“Para rescatar a los animales, primero tienes que rescatar a los humanos”, ha comentado al explicar la estrategia de conservación impulsada por IAR de Indonesia, organización que protege la biodiversidad en la isla de Borneo, y en particular a una de sus especies emblemáticas, hoy críticamente amenazada: los orangutanes.
Desde su creación, IAR ya ha conseguido reintroducir en el bosque a 46 orangutanes rescatados que han podido adaptarse de nuevo a la vida salvaje. Además, la organización que dirige Llano ha creado un programa de apoyo a la sanidad, la educación y el empleo de las comunidades indígenas locales para frenar el deterioro del ecosistema en Borneo del que dependen estos grandes simios.
“Es una región con mucha pobreza”, ha explicado la veterinaria premiada, “donde las comunidades indígenas no tienen acceso ni a la educación ni a la sanidad, y esa presión les lleva a la caza y a la tala furtiva”. Por eso, tal y como ha señalado el jurado que le ha concedido el Premio Mundial a la Conservación de la Biodiversidad, IAR ha liderado un proyecto de “empoderamiento de la población local” para detener el declive del ecosistema que habitan los orangutanes de Borneo, que está asediado por la deforestación como consecuencia del avance de los cultivos de las plantaciones de aceite de palma.