Tres fueron los actos celebrados este domingo en la capital leonesa para poner punto final a una Semana Santa de León totalmente atípica, en la que el buen tiempo no ha sido el aliciente de otros años en el transcurso de las procesiones y otras muestras de fe de la Pasión. Porque las restricciones exigidas para evitar los contagios de covid-19 impidieron que se celebraran las procesiones, y con ellas casi la totalidad de las tradicionales actividades de las cofradías y hermandades de la ciudad.
Y eso que muchos actos se trasladaron al interior de las iglesias, la Catedral e incluso el Museo Diocesano y de la Semana Santa, donde en la mayor parte de las veces se ha controlado el aforo para evitar aglomeraciones, aunque no siempre, como se pudo ver en la iglesia del Mercado ya el primer día, o las colas para acceder a diferentes templos en otras ocasiones.
Más allá de estas cuestiones, los actos no han sido obviamente iguales que las procesiones, pero sí sirvieron para que papones y amantes de la Semana Santa mostraran su fe y devoción por la Pasión de la capital. Uno de los últimos ejemplos fue este domingo con la representación del Encuentro de la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero en su parroquia, a la que acudieron decenas de personas a primera hora de la mañana. No hubo suelta de palomas como era habitual en algunos de los momentos de la procesión, pero sí cambio de manto y pregón de la pascua, obra de Nicanor Martínez García, interpretado por Magín Mayo Falagán. Este acto terminó con la misa del Domingo de Resurrección para así poner punto final a la Semana Santa para esta cofradía.
De igual modo, la iglesia de San Francisco de la Vega también acogió una eucaristía de Resurrección, en este caso organizada por la cofradía del Santo Cristo del Perdón. También a mediodía, en este caso en la capilla de Santa Nonia, los hermanos del Dulce Nombre de Jesús Nazareno participan en su propia eucaristía.
De este modo acababa una Semana Santa más que peculiar, en la que hasta el pregonero, Xuasús González, tuvo que esperar un año para subirse al escenario del Auditorio, después de que el ejercicio pasado ni siquiera se abrieran las iglesias porque entonces había un confinamiento estricto, pero este año seguro que tampoco ha sido igual para los miles de cofrades que cada año recorren las calles con las insignias de sus penitenciales.
El fin de una Pasión atípica
La Semana Santa de 2021 siempre será recordada por ser la única en la que no hubo ninguna procesión por culpa de un virus y no de la climatología adversa
05/04/2021
Actualizado a
05/04/2021
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