El ‘quién es quién’ de las cofradías

Hay peculiaridades propias, pero las penitenciales tienen estructuras semejantes

C. Centeno
28/03/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Es habitual que en cada procesión haya representación de otras cofradías. | MAURICIO PEÑA
Es habitual que en cada procesión haya representación de otras cofradías. | MAURICIO PEÑA
Miles de cofrades han preparado desde hace meses, e incluso 365 días, la Semana Santa. Detrás de cada procesión, hay un gran trabajo de múltiples partes encargadas de dar contenido a los diez días grandes que arrancan el Viernes de Dolores en la iglesia del Mercado. Pero para que todo funcione y salga según lo previsto, también es necesaria una organización que a veces pasa desapercibida y sin la cual la Semana Santa leonesa no sería posible.

La Semana Santa leonesa cuenta con un total de dieciséis penitenciales, de las cuales 14 se denominan cofradías y dos, hermandades. Todas ellas están reguladas a través de unos estatutos, que son los que fijan los cargos y las funciones que cada uno de ellos tienen que desempeñar. Si bien es cierto que cada uno de estos escritos es propio y diferenciado de los demás, las penitenciales tienen en común algunos puestos de responsabilidad que en ocasiones son desconocidos y conforman el ‘quién es quién’ de cofradías y hermandades.

Todas las penitenciales son gobernadas por una junta de gobierno (de seises, freires, oficiales...)
Todos los hermanos forman parte de la junta general, que en algunas ocasiones se denomina también asamblea general, el máximo órgano de gobierno que suele reunirse una vez al año, coincidiendo normalmente con fechas previas a la Semana Santa. Pero es un grupo más reducido el que forma el órgano de gobierno de las penitenciales y que se denomina junta de seises o de gobierno, entre otras denominaciones que dan nombre a lo que equivale a la junta directiva de una asociación. Esta junta, que se elige de diferentes formas dependiendo de la cofradía, está encabezada por el abad, el máximo representante que en otras ocasiones se denomina presidente, abad-presidente, mayordomo, hermano mayor o maestre. Junto a él, se encuentra la figura del viceabad, cuya función es sustituir al máximo representantes en su ausencia pero que también suele ser el encargado de la organización de las procesiones, para lo que en ocasiones cuenta con la ayuda del secretario.

Y, es que, como cualquier otra asociación, las cofradías cuentan también con figuras de secretario y de tesorero, encargados el primero de custodiar la documentación y dar fe y el segundo de las cuentas. También el secretario suele ser el encargado de enviar comunicaciones e invitaciones a los actos de la cofradía y esta figura protagoniza una tradición en los momentos previos a la primera procesión de la Semana Santa leonesa. Antes de la salida de la Morenica de la iglesia del Mercado, los secretarios de las 16 penitenciales se intercambian entre sí las invitaciones para las diferentes procesiones, un acto que se escenifica en cada una de ellas con la presencia de representantes del resto de cofradías y hermandades.

Cada cargo suele tener una función concreta, a pesar de que hay alguna diferencia de nombres
También en todas las penitenciales existe la figura del consiliario, capellán o director nato, un sacerdote que suele formar parte de la parroquia en la que se asienta la cofradía o hermandad y que es el ‘asesor espiritual’ de la asociación de fieles.

Por otra parte, existe un ‘cargo’ responsable de velar porque se cumplan las normas de la penitencial, especialmente en las procesiones. Es el juez de penas, encargado de evitar asuntos como problemas de vestuario o de comportamiento durante los actos. Esta figura, que en cada penitencial se elige de una manera diferente, tiene que velar también por el cumplimiento de los estatutos.
Por otra parte y con el objetivo de que los actos salgan según lo previsto, existen figuras como por ejemplo los jefes del grupo de montaje, encargados de coordinar al equipo de gente encargada del mantenimiento y la adecuación del patrimonio, así como de su preparación para las procesiones.

También suelen estar designados los cofrades encargados de las relaciones de la penitencial con los medios de comunicación o su presencia en internet y en las redes sociales o los responsables de las obras sociales y de caridad, que coordinan este tipo de iniciativas solidarias. Por último, en el que caso de que la cofradía cuente con formación musical, ésta suele tener también un director al frente.

Pero no solo hay organización a nivel general, también cada paso cuenta con su propia estructura. Un miembro de la junta directiva es el responsable de cada paso y se encarga de dirigirlo en cada procesión, así como de su preparación previa. Otra de sus funciones en servir de ‘enlace’ entre los braceros y el órgano de gobierno del que forma parte.

Todas las penitenciales cuentan con la presencia de un sacerdote que sirve de ‘asesor espiritual’
Junto a él, se encuentra la figura del bracero mayor, encargado junto con el seise de que el paso funcione como debe. Este ‘cargo’ suele ser elegido por los braceros del propio paso y ejerce también como portavoz del mismo, además de servir de nexo entre ellos y el seise. La diferencia entre ambos es que el primero es un miembro de la junta directiva, mientras que el bracero mayor es el representante del grupo de braceros y, generalmente, está elegido por ellos. Dentro de los pasos, además, puede haber secretario e incluso de tesorero –para coordinar la recaudación de fondos en cuestiones concretas del paso como modificaciones–, aunque no siempre existen estas figuras.
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