Es su tarde y lo demostraron. Los hermanos de la Cofradía del Cristo del Gran Poder se hicieron dueños de León en la tarde del Domingo de Ramos. La primera de túnica y capillo que logró salir a la calle esta Semana Santa lo hizo entre una multitud de leoneses deseosos de cofradías bajo el azul del cielo y una temperatura primaveral.

La procesión salió puntual a las cinco de la tarde desde el patio de las Trinitarias, en la calle de San Lorenzo y quizá por último año si la empresa que ahora gestiona la residencia universitaria de las monjas no llega a un acuerdo con la cofradía. Un problema de espacio por culpa de dos coches mal aparcados junto al portón, que se llevó la grúa municipal cinco minutos antes de la procesión, fue la anécdota de una tarde en la que, por fin, tras dos días de tristeza cofrade, León disfrutó de su Semana Santa.

Abrió la procesión el paso de los Apóstoles, acompañado por la sección musical del Desenclavo, seguido del titular de la cofradía, el Cristo del Gran Poder, para el cual su agrupación musical tenía preparada una sorpesa tras el himno nacional. La formación que dirige Juan G. Robles le dedicó a su querida imagen uno de los 11 estrenos que tienen este año, 'Volver a verte', lo que provocó un inicio de procesión profundamente emotivo. Fue tal la calidad musical que una parte notable del público olvidó que se trataba de una procesión y aplaudieron con ganas, algo que cada vez se está viendo más en las procesiones de León.

Completaron la procesión los pasos de la Expulsión del Templo, siguiendo a la agrupación. Después llegó San Juan, a los sones de la Agrupación Musical de Jesús Divino Obrero, y cerró el cortejo el paso de palio, la Virgen del Gran Poder, mecida por la Banda de Música del Dulce Nombre de Jesús Nazareno. Uno de los momentos destacados de la procesión fue el acto de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén al llegar a Puerta Obispo, cuando los hermanos agitaron las palmas al paso del Cristo del Gran Poder.

