La sección musical de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo cumplió el pasado otoño su décimo aniversario. Una celebración que llega a esta formación –que fue primero banda de cornetas y tambores– con nuevos instrumentos y un salto cualitativo en el repertorio, con el estreno esta Semana Santa de la marcha propia ‘Injurias de Jueves Santo’, compuesta por su director musical, Francisco José Blanco, y dedicada a la procesión que la cofradía organiza cada año tras el Oficio de Tinieblas.
Además, aunque todavía no han logrado incorporar cornetas a su formación –que toca principalmente marchas del estilo de agrupación musical–, este año cuentan con nuevos instrumentos, como un saxofón, un par de liras y una campana tubular. Instrumentos que armonizan sus composiciones y aportan un tono más alegre al repertorio. «No somos una agrupación musical como tal, porque igual que no tenemos cornetas, incorporamos otros instrumentos y tenemos marchas de cornetas y tambores», argumenta el director musical.

Preguntado por el balance de estos diez años de una banda que supuso el tercer intento de la cofradía de tener una sección musical, el seise, Álvaro de Juan, indica que «se nota mucho la diferencia musical de hace 10 años y ahora», algo que se ha reforzado el último curso por los nuevos instrumentos, como las liras, «que hacen la voz de corneta en alguna marcha».
La sección musical de la cofradía de negro y granate continúa creciendo y ya son 35 componentes, la mayoría de ellos jóvenes y adolescentes, aunque también tienen un par de miembros –hermanos de la cofradía desde hace años– ya jubilados. En sus ensayos, que tienen lugar en la Casa de Cultura de Pinilla–que comparten con la Banda de Música de Jesús– se hace patente el concepto familiar que tiene esta banda, con muchos niños que aprovechan los momentos de descanso para correr, si bien todo cambia cuando cogen el instrumento y Blanco dice que hay que repetir el inicio, que no ha salido bien. «Nosotros no tenemos que demostrar nada, pero estamos mejorando y logrando que a la gente le guste lo que tocamos», explica el director.
En primera fila, ensaya un joven trompeta que tiene pocos años más que la banda, Christopher, que interpreta varios solos a sus 12 años y domina ‘La muerte no es el final’ con soltura, como demostró en el besapié al Cristo titular de la cofradía el Sábado de Pasión. «Los niños de la banda son el futuro y tengo claro que les daré todo el protagonismo que pueda», señala Álvaro de Juan, antes de apuntar «que nosotros hemos sido cantera de otras bandas», en referencia a jóvenes músicos que un día estuvieron con ellos y hoy forman parte de otras agrupaciones y bandas musicales.

Esta Semana Santa, el Desenclavo mantiene las procesiones de otros años, Gran Poder, Agonía, Entierro y las suyas propias de Jueves y Sábado, además de viajar a Villamañán y Gradefes.
Una marcha
«Estoy ahora entre Santa María de la Esperanza y Pange Lingua»
Un referente
«La Agrupación Musical Santa María Magdalena de Arahal»
Un momento
«El Desenclavo»