El gasto general puede rondar de media en la mayoría de provincias entre los 300 y los cerca de 2.000, todo dependiendo del número de hermanos de cada cofradía, y en especial del número de pasos que hay que decorar en cada ocasión. De hecho, hay colectivos que no tienen gasto alguno en flores porque cuentan con uno o dos pasos y la escasa decoración que acompaña a las imágenes viene donada, o es aportación de los propios hermanos, o se basa en luces.


El resto de ciudades tienen un coste muy parecido en flores, bien porque compran a precio de mayoristas, como ocurre en el caso del Patronato de la Purísima Concepción, Santa María Magdalena y Ánimas Benditas del Purgatorio de Ávila. En Burgos el coste puede variar entre los 400 y los 1.700 euros, unas cuantías muy similares a las de Segovia, mientras que en Soria, con gastos muy parejos, alguna cofradía no destina inversión a la ornamentación.
Decoración concreta
Algunas cofradías tienen muy clara la decoración de sus pasos, como es el caso de la Cofradía de la Oración del Huerto y San Pascual Bailón de Valladolid, que no destina mucho adorno “por representar a un huerto” pero las que se incluyen son flores moradas “y lo más silvestres posibles”. Otros colectivos, como la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, en Ávila, varía la decoración cada año, que se lleva a cabo tanto por la aportación propia como por donaciones de cofrades, lo que hace que la cuantía sea diferente, al igual que las flores, que se eligen atendiendo también a factores como la climatología.
Pese a la escasez de flores de la Semana Santa de Palencia, que celebra su sexta festividad con carácter internacional, cada año se está dando mayor protagonismo a esta decoración floral, que suele ser variada en función de las cofradías, aunque resulta llamativo el aumento de presencia de flores exóticas, aunque en todo momento respetando que las que acompañan a la Virgen sean de color blanco o en tonos pastel. Llamativo resulta también el caso de la Cofradía del Santo Entierro de Soria, que lleva su paso adornado con 1.200 claveles rojos, mientras que la Cofradía de las Caídas de Jesús, también de la capital soriana, limita la decoración al uso de romero para sus pasos.
Reparto tras la procesión
El reparto de las flores que han acompañado a los pasos es algo más que una tradición en el caso de León, donde los 'papones' y miembros de las bandas de música esperan tras el desfile al desmontaje de los centros para llevarse a casa una pequeña parte de ese ornamento. De hecho, el aumento de hermanos en algunas cofradías, no hace posible que todos puedan disponer de una muestra de esa decoración, lo que obliga a las cofradías más numerosas a adquirir flores a mayores para que todos los participantes de la procesión tengan su 'recuerdo, algo que también suele hacer la Real Cofradía de la Santa y Venerable Esclavitud 'Cristo de los Gascones' o la Hermandad Soledad Dolorosa-Cofradía del Recogimiento, de Segovia, entre otras.
Sin embargo, de forma mayoritaria, los centros que acompañan a las imágenes en la mayoría de capitales de provincia de Castilla y León van a parar luego al interior de las iglesias, donde permanecen junto a los santos y vírgenes hasta que las flores ya no están en condiciones para resultar vistosas.
También es frecuente que se repartan entre los compromisos familiares, de cofrades, de donantes o se depositan en los cementerios en honor a los cofrades fallecidos durante el año. El Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz de Ávila, dependiendo del excedente de flores, las ofrece a las hermanas carmelitas de La Encarnación, que en su momento les regalaron la reliquia de Santa Teresa que hoy van encastradas en uno de los oculillos de la Santa Cruz.
En Zamora, las flores también suelen ser para los 'cargadores' al final de la procesión, aunque la cofradía de Jesús Nazareno opta por que la decoración, en concreto tres centros, se destinen a la tumba del imaginero zamorano Ramón Álvarez, otro para la capilla de la Soledad y otro para mayordomos y junta directiva, que suelen cederlo para los hermanos fallecidos. En la cofradía del Santo Sepulcro de Valladolid, se deposita uno de los centros en una de las capillas de la iglesia de San Benito, a los pies del crucificado, donde permanece durante todo un año hasta el Triduo en honor al Santísimo Cristo del Consuelo.
Agosto para los floristas
Los floristas ven en la Semana Santa una de las fechas “más importante” del calendario, en especial en una comunidad como Castilla y León en la que los pasos “salen muy bien decorados”. Así lo reconoce la vicepresidenta de la Asociación de Floristas de España, María Ángeles Fernández, que insiste en que “el que más o menos va a trabajar en Semana Santa” porque no solo se trata de las flores de las procesiones, sino también de la decoración de las propias parroquias.
Fernández apostilló que lo más frecuente en Castilla y León, en los casos de aquellos pasos que no solo procesionan un día, es que la decoración cambie de una jornada a otra. “No es del agrado de los cofrades que dos días diferentes el paso salga con la misma decoración” y puso como ejemplo una boda. “Es como ir a una boda con el mismo vestido y la misma gente”, además de que las flores se van deteriorando pro los propios movimientos del paso, por muy frescas que estén.
Es frecuente que las cofradías tengan ya sus acuerdos o sus floristerías de referencia, además de que es habitual que le propio profesional sea también partícipe de alguna cofradía o tenga alguna vinculación. “Hay cofradías que cuentan con gente que compran las flores y las instalan”, lo que permite abaratar gastos. Sin embargo, los floristas reconocen que, pese a que tienen “buena mano” y el resultado “aparentemente es bueno”, falla la técnica y la forma de colocar y pinchar las flores “no es la misma”.
Las rosas en diferentes tonos son las flores básicas más demandadas, pero también se piden horquídeas “para presupuestos más elevados” o el anthurium también se utilizan bastante, por ser flores que aguantan muy bien las inclemencias climatológicas, que es una tendencia generalizada en Castilla y León. Y no faltan, sobre todo para los presupuestos más pequeños, flores como las margaritas, los claveles o las gerberas, además de que hay cofradías que reclaman aquello que mejor va con cada paso, en cuanto a tonalidades y tamaños.
Y todo está muy pensado y preparado que los pasos lleven todos los años una decoración idéntica. “Repites colores, pero no la forma para que cada año sea diferente”, explica Fernández, pero también teniendo en cuenta si la procesión se desarrolla por la mañana, por la tarde o atendiendo al color del manto de la imagen.
Pero si algo influye en la elección de la decoración es la climatología, en especial en los últimos años. Lo habitual es que los floristas encargados comiencen a decorar los pasos dos días antes de su salida en procesión, y para ello cuentan desde hace tiempo con los pedidos cubiertos, al menos en una cantidad básica, que luego puede variar en función de las peticiones, porque la lluvia que algunos años ha afectado a la Semana Santa ha convertido a las cofradías en mucho más prudentes. Lo que no varía, es la ilusión de cada año.