La Diócesis de León se prepara para vivir la Pasión en una situación inédita, con los templos cerrados y con todos los actos de piedad popular suspendidos, de manera que será una Semana Santa «interior» animada desde la comunión espiritual con la oración.
Una Semana Santa que habría de comenzar este viernes día 3 de abril, Viernes de Dolores, tras el rezo del rosario y la eucaristía con la que se clausura la Novena que se celebra en la Parroquia de Nuestra Señora de Mercado, que este año de manera extraordinaria se ha venido celebrando a puerta cerrada y se ha difundido por internet, y que al concluir daba paso a la procesión de la Dolorosa, el tradicional acto con el que se abre simbólicamente la Semana Santa en la ciudad de León.
Para orientar la vivencia de fe de esta Semana Santa que hoy comienza, Julián López aprobó este jueves un documento sobre determinaciones y sugerencias litúrgicas en la situación de pandemia de obligado cumplimiento para los párrocos en el que el obispo de León «exhorta a los fieles cristianos para que oren por las personas afectadas por la pandemia y por quienes las atienden y cuidas, así como por el personal que lucha para erradicarla y por los fallecidos como consecuencia de la misma».
Además, en este documento de carácter litúrgico se subraya que «los párrocos y demás rectores de iglesias, respetando la norma de tenerlas cerradas, procurarán, prudentemente, celebrar la Eucaristía a diario y, en la medida de lo posible, con algún fiel manteniendo siempre la distancia de seguridad».
Junto con este documento litúrgico, y también con la mirada puesta en la ya inminente Semana Santa, el obispo Julián López, publicó ayer una carta pastoral en la que, bajo el título ‘Entremos dentro de nosotros mismos y abiertos a los demás’ realiza una llamada a que «ante la pandemia del Covid-19 que estamos padeciendo, invito a todos a la conversión pastoral y a la autenticidad de nuestros actos de carácter religioso, sean individuales, familiares o comunitarios». En esta nota pastoral el obispo de León constató que «ahora que se acercan los días santos de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo se va haciendo realidad lo que ninguno de nosotros podía imaginar hasta hace unos días, que la Semana Santa de este año iba a ser del todo singular», ante lo que aseguró que un «hecho, inesperado pero interpelante, que afecta a todos los fieles católicos, pero de manera especial a los párrocos y rectores de iglesias y a mí también como obispo» adquiere plena relevancia «mi deseo y mi ruego a todos los rectores de iglesias para que pongan en práctica lo más fielmente posible lo mandado por la autoridad competente, incluso como un gesto de apoyo solidario en esta difícil situación».
López recordó en esta carta pastoral «que, mientras dure esta situación de emergencia, he dispensado del precepto dominical y festivo relativo a la misa en los días establecidos, exhortando también a unirse espiritualmente a las posibles celebraciones litúrgicas a puerta cerrada, mediante la oración personal o la lectura de la palabra de Dios o de los otros textos recogidos en los misales de los fieles». Finalmente, el obispo de León animó a que «quienes puedan hacerlo, se unan a la oración de que la Iglesia realiza cada día», porque «al alcance de todos está siempre la práctica, recomendada por la Iglesia, del rezo del rosario».
Entre las recomendaciones y obligaciones mostradas por el obispo, destaca que aunque estén cerrados los templos, los sacerdotes, «respetando la norma de tenerlas cerradas, procurarán, prudentemente, celebrar la Eucaristía a diario y, en la medida de lo posible, con algún fiel manteniendo siempre la distancia de seguridad», en especial «los domingos y vísperas de días festivos, y los días del Jueves, Viernes y Sábado Santos, avisando a los fieles de las horas de celebración para que, al menos desde sus casas, se unan espiritualmente». Eso sí, explica que «quedan suspendidas todas las procesiones y actos multitudinarios como, por ejemplo, Viacrucis por las calles, etc». También apunta en su documento que «la misa crismal se celebrará en la Catedral el Miércoles Santo, con la participación únicamente del cabildo y de unos pocos fieles». «El Jueves Santo, si se celebra la Misa, se omiten el lavatorio de los pies que es facultativo, la procesión y la reserva del Santísimo Sacramento en el Monumento. El Viernes Santo se hará la adoración de la Cruz de modo general, mostrándola a los fieles», agrega.
El obispo explica también que «la Vigilia Pascual se celebrará solamente en iglesias parroquiales y conventuales en la medida de la posibilidad real, establecida por aquellos a quienes compete, omitiéndose el rito del fuego y la procesión con el cirio pascual. La bendición del agua para el bautismo puede hacerse si está previsto celebrar el sacramento», y añade que «el Domingo de Pascua se celebrará la Eucaristía en la Catedral, omitiéndose la Bendición Apostólica, que quedará pospuesta para otra ocasión».
Por último, «los funerales no se llevará el cuerpo del difunto a la iglesia y se trasladará la misa exequial para una fecha oportuna de acuerdo con la familia». «No obstante, el párroco u otro sacerdote pueden celebrar el rito de la última recomendación o despedida, preferentemente en la calle.
Una verdadera Pasión "interior"
El obispo de León, Julián López, difunde una carta pastoral y unas determinaciones litúrgicas obligatorias para sacerdotes
02/04/2020
Actualizado a
02/04/2020
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