los inolvidables

"Su hermano arrancó astillas al féretro de dolor"

Joselillo, leonés de Nocedo de Curueño, emigró a Méjico donde se convirtió en la gran esperanza del toreo, conocido por ‘el nuevo Manolete’ y cuentan las crónicas que acudieron a su entierro 200.000 personas

Joselillo en el hospital, cuando se creía que la evolución era milagrosa como se intuye en su gesto, pero después hubo complicaciones y falleció en 1947.

‘El Sastrín’ de Rucayo

Juan Antonio Suárez fue, seguramente, la primera leyenda de la lucha leonesa, trágicamente incrementada por su muerte en la guerra civil. Excelente luchador y buen paisano cuyo recuerdo no se borra en su tierra

‘El Sastrín de Rucayo’ en la semifinal del Campeonato Provincial frente a Alfredo, de Las Salas (camiseta de rayas) esperando una decisión de la mesa. | L.N.C.

Eufemiano, "el topo"

El Topo de La Mata de Curueño es el nombre con el que se conocía a Eufemiano Díez, un hombre que pasó diez años enterrado vivo después de la guerra, en un nicho que construyó con su padre

‘Femiano’, ya muy deteriorado físicamente seguramente a causa de la humedad, en silla de ruedas, en 1982. | ARCHIVO DE LA FAMILIA

¿Aún vive el gran patriarca, Sabino Ordás?

El sabio de Ardón, y su maestro, le llamaban sus discípulos José María Merino, Juan Pedro Aparicio y Luis Mateo Diez, que no le dan por muerto aunque debería cumplir los 120 años

Ordás en una de sus escasísimas apariciones con dos de sus ilustres alumnos, Aparicio y Luis Mateo. | M. MARCOS

El pobre que tenía cola para que aceptara una limosna

Joaquín ‘El Barbas’ o ‘El Pobre’ fue el pobre más famoso y enigmático de León. No hablaba con nadie, no pedía más que en momentos puntuales y muchos esperaban para darle una limosna a ver si decía algo

Joaquín ‘El Barbas’ o ‘El Pobre’. | MAURICIO PEÑA

¿Cómo olvidar a la madre de tres mil niños en Laciana?

Esperanza Castro es un nombre que a los lacianiegos, sus paisanos, dice muy poco, pero si les añades que es Pochi ‘la comadrona’, la historia cambia por completo pues es casi imposible encontrar una casa en la que no haya "un hijo" de esta mujer

Pochi en la terraza de su casa lacianiega cultivando otra de sus pasiones, las flores, "para que el pueblo esté más guapo", decía Esperanza. | Revista El Mixto
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