Probablemente tenga el récord mundial de freir patatas después de 40 años en Casa Blas; se acaba de jubilar y cultiva su pasión por trabajar la madera en Selga de Ordás
Aixa es una excelente lectora, de tres libros a la vez, y se le nota en su forma de contarte sus cosas, aunque dice que del cole todo se le da bien, pero le gustan las matemáticas
Amancio González es el padre de uno de los símbolos de la ciudad, ‘La negrilla’ que descansa en la plaza de Santo Domingo y que también es la imagen de La Nueva Crónica
Te sonará su imagen como portero del edificio del teatro Emperador, paseando por los alrededores y soñando con su pasión, la guitarra flamenca, en la que es un virtuoso
Lo fue todo en el mundo de del atletismo, es uno de los dos leoneses vivos con el premio Príncipe de Asturias y jamás quiso irse de su pueblo, La Robla, aunque tuvo muchas posibilidades de hacerlo
Ha saltado a todos los medios como nueva esperanza de la Cultural, por ello agradece viajar a los recuerdos de su rincón de libertad y refugio, su tierra, Riaño y Aleje
Laia no se separa de su ‘anciana’ perra Roc, ya ciega y sorda, "es mayor que yo" y una excelente compañía para esta niña de Cea, donde "solo vamos dos niños al cole de Sahagún"
Leonés de La Vega de Robledo, tiene una larga trayectoria familiar dedicada al pastoreo, de ganaderos trasterminantes entre las majadas de Luna y la Ribera
Enamorada del fútbol jugó varios años en el Huracán de Trobajo por aquellos tiempos de barro e incomprensión; no pudo reprimir la emoción cuando Aitana Bonmatí dedicó el título a las pioneras
Con 4 años ganó un concurso de relatos en el "cole" que ni recuerda de qué trataba; con 18 publica su primera gran novela, Ataraxia, y tiene otras dos escritas pero ninguna prisa en publicar
Es una leyenda de la lucha leonesa y un gran paisano, de la Ribera acogido con los brazos abiertos en la Montaña, buen conversador, de los que tienen la puerta abierta y el corazón
Como tantos en Maraña creció entre la nieve, convivió con ella y se convirtió en un gran esquiador y monitor de esquí en unos tiempos en los que hacían de todo
Lleva casi un siglo de historia y trabajo en el Páramo, desde Pobladura de Pelayo García, donde nació, vive y fue agricultor, panadero y una mente abierta a aprender cada día
Es feliz en su pueblo, con su gente, y siempre tuvo a Cofiñal en el horizonte cuando estudiaba en la Universidad. Cuando su padre dejó el taxi vio su oportunidad... si se reinventaba