El tiempo es relativo. El segundero avanza implacable hacia delante con la misma cadencia, pero la percepción del paso del tiempo varía según diversos y variados factores. Un año a priori no parece un periodo temporal muy elevado, pero depende del entorno en el que uno ve pasar un mes tras otro hasta cambiar de dígito en el calendario. Han pasado ya doce meses desde que empezara la guerra de Ucrania y aunque parezca mentira, da la sensación de que nos hemos olvidado de que un año después del inicio de la invasión rusa sigue muriendo gente, sufriendo inocentes y cometiéndose barbaries de todo tipo.
Es entendible, aunque ni ético ni moral, que conflictos bélicos que llevan años sesgando vidas en territorios supuestamente lejanos, como por ejemplo en varios países del continente africano, no nos quiten el sueño ni les consideremos merecedores de dedicarles un segundo al día para pensar en ellos. Pero no deja de sorprenderme cómo hemos interiorizado la guerra de Ucrania en tan poco tiempo. El proceso de desensibilización que hemos padecido es digno de estudio.
Quizás tenga que ver la intensidad con la que vivimos como ciudadanos individuales y como sociedad los primeros meses de la guerra, en los que toda nuestra vida, hasta en los detalles más nimios, giró en torno a la invasión de Ucrania. Era como si todos nos hubiéramos puesto unas gafas que nos hacían ver todo lo que nos rodeaba en los tonos azules y amarillos de la bandera ucraniana.
Pero un año después, a pesar de que a unos pocos miles de kilómetros de nuestras casas hay personas que siguen perdiendo la vida y sufriendo, ya nos hemos quitado esas gafas y nos hemos puesto unas mucho más cómodas, aquellas que nos permiten ver a todo color nuestro entorno más cercano y que nos difuminan lo que ocurre más allá de lo que alcanza nuestra vista, hasta convertirlo en invisible.Es la ventaja de vivir en el lado afortunado del mundo.
Como periodista que soy no se me escapa que en este proceso de olvido mucho tienen que ver los medios de comunicación, que han ido reduciendo paulatinamente los minutos dedicados a la guerra de Ucrania. Ahora con motivo del aniversario del inicio del conflicto ha vuelto a ganar presencia, pero sólo habrá que esperar unas semanas para que vuelva a perder relevancia. Pero este ejercicio de amnesia colectiva no sólo depende de los medios de comunicación. En las redes sociales los ‘gatitos’ han vuelto a ser tendencia, en detrimento de los cadáveres, la destrucción y el dolor humano que campaban a sus anchas, y siguen haciéndolo, en suelo ucraniano. Un año, tan cerca y tan lejos.
Un año, tan cerca y tan lejos
25/02/2023
Actualizado a
25/02/2023
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