Fernando Redondo reconoce que comparte de algún modo la filosofía de vida del protagonista de la película de Sean Penn, un estudiante que deja su zona de confort para lanzarse a la aventura y conocer mundo. «Soy una persona que me gusta estar a mi aire, que me gusta viajar, muchas veces solo con la cámara, y de alguna manera me sentí un pelín identificado con el personaje, no al cien por cien, y a partir de ahí decidí utilizar como seudónimo cuando ejerzo de fotógrafo el título de esta película», reconoce un artista para quien la fotografía colma buena parte de sus inquietudes culturales y artísticas. «Confieso que la fotografía representa mi principal afición, pero también me gusta cualquier estilo de música y la gastronomía, que en ocasiones también vinculo a la fotografía. De todos modos mis gustos fotográficos se inclinan por el detalle. En este sentido me encanta la fotografía macro y en el caso de ‘Sistemas Operativos’ el objeto de mi curiosidad han sido las ventanas, un elemento cotidiano que tenemos ahí, que vemos todos pero que tal vez unos nos fijemos más que otros». El hecho de no poder acceder en la mayoría de los casos al interior de las casas ha obligado al artista a mostrar las ventanas desde la calle. «Sobre todo he querido reflejar los materiales y sus diferentes estados de conservación. De un tiempo a esta parte me interesan los umbrales de las casas, en especial las ventanas, que me ha llevado a recorrer diferentes pueblos de León, Cantabria, Galicia, del norte de España», señala el artista leonés, que en principio su objeto de estudio es la ventana en sí misma, lo que no quita que en ocasiones se pregunte cómo serían las personas que a lo largo del tiempo contemplaron el exterior a través de esas ventanas. «Si te pones a indagar sí que podrías tener acceso a ese tipo de información, pero no es el caso. En realidad a mí me tiene que llamar la atención, me interesa el impacto que me pueda crear la visión de esa ventana», reconoce ‘haciarutasalvajes’, que en la muestra del bar restaurante de Villamor de Riello expone casi una decena de imágenes de mediano formato, si bien en la actualidad cuenta con más de veinte que ha ido exponiendo en diferentes enclaves. «Para mí todos son importantes, pero el año pasado tuve la suerte de exponer en el santuario de La Peregrina de Sahagún. En el verano me la llevaré a Cantabria con el fin de intentar moverla un poco fuera de León».
El fotógrafo leonés reconoce que trabajar por series resulta más interesante. «La primera exposición que hice en 2014 la titulé ‘Sin rumbo definido’ porque no tenía muy claro lo que realmente me llamaba la atención o lo que me gustaba hacer. En ese sentido fue bastante variada, en la que combinaba retrato, detalle, gastronomía, pero consideré tras ver exposiciones de otros artistas que es más interesante exponer algo que haga alusión a un solo tema», destaca Redondo, que también tiene en la actualidad una muestra en el CDF con fotografías de paisajes y naturaleza que podrá visitarse hasta final de mes.